El central murciano llegó al Sevilla el pasado verano procedente del Sporting de Gijón, si bien el desembolso, de 2,5 millones de euros, lo hizo Doyen Sports, al que el club de Nervión debería pagar esta misma cantidad y hacerse obligatoriamente con el 50% de sus derechos económicos (que actualmente pertenecen en su totalidad al fondo de inversión) si el defensa juega 27 partidos oficiales esta temporada. Para ello faltan seis, aunque ahora mismo Emery le está dejando en el banquillo.
Si Botía no alcanza esta cifra de partidos, seguiría perteneciendo al Sevilla pero sería la empresa Doyen la que decidiría sobre el futuro del futbolista y a la que correspondería el ingreso de una hipotética venta. Su rendimiento hasta la fecha, cabe apuntar, ha defraudado en Nervión.
Por otra parte, hay que recordar que el Barcelona ha demandado al Sporting al considerar que los 2,5 millones de su venta a Doyen le pertenecen, dado que Botía, entiende el club catalán, seguía siendo azulgrana cuando el Sporting decidió venderle.