Gameiro llega al Sevilla para suplir, junto con Bacca y Rusescu, los goles y el nivel que ha dejado vacío en el club blanquirrojo Negredo con su marcha al Manchester City. Admirador de Ronaldo Nazario, este internacional francés e hijo de futbolista (su padre Dominique jugó en el Chantilly) podrá dedicar sus goles a su abuelo, ya fallecido, que tanto le inculcó de joven.
Su gran paso por el Lorient, donde fue el segundo máximo goleador de la Ligue 1 en 2011, le valió para dar el salto al PSG. Estuvo a punto de irse al Valencia... o al Sevilla, pero decidió por el megaproyecto parisino. Monchi le pretendió e incluso le visitó. Esa vez dijo no. Y esa vez Monchi intuyó que algún día se encontrarían en el Sevilla.
Ahora, a punto de ser sevillista de forma oficial, podrá corroborar sobre el césped del Sánchez Pizjuán, por toda España y por Europa, que el sueño de Monchi no era una pesadilla. Su 'oui', y su trayectoria, ilusionan al sevillismo. De momento, Gameiro va a caer de pie, y eso ya es importante.