El defensa, que en 2008 se marchó de la Fiorentina al Atlético pese a haber firmado un preacuerdo con el Sevilla, juega ahora en el Galatasaray, y acababa contrato este verano.
El caso es que el Sevilla reclamaba al defensor 875.000 euros por la ruptura de contrato, y el juzgado número 2 de lo Social de la capital hispalense condenó al futbolista a ese pago.
Según informa la prensa turca, esos 875.000 euros se han convertido, con intereses, en más de un millón de euros.
Una cantidad reclamada a través del Tribunal de Primera Instancia de Estambul al futbolista y a su vez trasladada al Galatasaray, que es quien paga el jugador.