El portero del Sevilla Beto pidió atención médica por unos problemas en la pierna, pero el árbitro no permitió la entrada de los asistentes al campo, ya que entendía que el luso estaba fingiendo y, al tratarse del portero, que quería para el choque. Incompresible porque el colegiado puede añadir a los 90 minutos lo que entienda oportuno.
"No estaba engañando a nadie con mi lesión, la actitud del colegiado no ha sido positiva", ha opinado el meta portugués tras el encuentro.