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Ni bueno ni malo ni todo lo contrario

Álvaro Ramírez IIIEl Sevilla sumó ante el Elche uno de esos puntos que no tienen un sabor definido. No se sabe si es bueno, si es malo y quizás se recurre por indefinición a aquello de 'agridulce'. El caso es que es bueno siempre sumar, y más si estás por detrás en el marcador en el minuto 87. Pero teniendo en cuenta el encuentro, lo cierto es que el equipo de Emery tiene razones más que suficientes para considerar que ha perdido dos puntos, porque ocasiones tuvo sobradas, y claras, para hacer más goles e incluso llevarse el partido hasta cómodamente. 

Carlos Bacca, en este caso, fue el protagonista en negativo, porque suyas fueron las hasta tres meridianas oportunidades. El colombiano hubiera validado y redondeado el planteamiento del partido de Unai Emery, que como ya anticipó preparó un encuentro más amarrado, menos alegre, más mesurado. Concedió poco, salvo el gol de Herrera casi nada. Arriba tuvo varias ocasiones, y claras, pero anduvo poco clarividente, poco brillante y poco lúcido.

Crónica on-line
Árbitro
Álvarez Izquierdo. Amarilla a Iborra (36'), Pelegrín (38'), Carriço (39'), Gil (53'), Reyes (84').
Formaciones
Elche CF: Toño, Damián, Lombán, Pelegrin, Albacar; R. Pérez, Marquez; Aarón (Fidel, m. 70), Coro, C.Gil (Herrera, m. 78) y  Boakye (Rivera, m. 84). 
Sevilla FC: Beto; Coke, Fazio, Carriço, Fernando Navarro; M'Bia (Pareja, m. 70), Iborra (Gameiro, m. 65), Reyes, Rakitic, Vitolo; y Bacca (Marin, m. 80)
Goles
1-0, m. 82: Herrera. 1-1, m. 88: Carriço.
Incidencias
Martínez Valero.

A ello también hay que sumar que individualmente el equipo nervionense estuvo más discreto que en otras ocasiones. Rakitic no estuvo superlativo, Carlos Bacca estuvo fatal, los laterales no fueron tan incisivos, Vitolo y Reyes anduvieron muy intermitentes e Iborra y M'Bia solo destacaron en la defensa, no en la construcción. Por todo ello el Sevilla no se impuso claramente al Elche, siendo mejor que el Elche, al que en todo caso hay que reconocerle cierto orden y competitividad.  
La primera parte fue, con todo, bastante mala, casi todo lo bueno del Sevilla sucedió en la segunda mitad. Dio la impresión de que en los primeros 45 minutos la consigna sevillista era no conceder, no encajar y seguir muy vivo en el partido. Contemporizó, no se empleó con tanta intensidad y cedió algunos metros. Por todo ello en la primera mitad no ocurrió casi nada, salvo una ocasión de Bacca, que no sería la más clara, pero sí relevante.
Fue, pues, en la segunda parte cuando el Sevilla mostró su cara mejorada, sacó su pata, desveló su plan. Se fue más arriba ya con el mismo sistema en los primeros minutos, y luego se fue más arriba con el cambio de Gameiro por Iborra, cargado con tarjeta. Buscó más ataque, y las ocasiones llegaron clarísimamente. Bacca falló de nuevo, esta vez solo ante Toño, y luego solo ante dos defensores.
El Sevilla debió llegar pues al tramo final del encuentro con ventaja, cualquiera, incluso amplia, pero no se encontró con el gol, tampoco con Gameiro, que lo rozó. Pero no lo hizo, y la impecable regla del fútbol se cumplió. De tanto perdonar, fue castigado, en un buen cabezazo de Herrera que se anticipó a Carriço. Como Carriço se anticipó a la defensa del Elche en el empate del Sevilla, apenas seis minutos después en los últimos encuentros del partido. El Sevilla reaccionó y encontró su punto tras un buen pase de Reyes. E incluso pudo el equipo hispalense gozar de alguna otra ocasión en el descuento. Ese fue el punto positivo, la reacción y el punto. Aunque, lo dicho, con la mediación de Bacca, el Sevilla debió llegar a esos instantes del encuentro con el resultado mucho más a favor y con más fútbol. Falló ante todo la eficacia del que otros días la atesora.

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