Es Noticia

El Sevilla malvive pero sobrevive en Oporto

Álvaro Ramírez IIIEl Sevilla ha caído en Oporto en la ida de los cuartos de final en un mal partido. Los nervionenses no dieron la talla en un choque de altura, pero al menos salieron vivos de Do Dragao ante un equipo que demostró ser superior y, sobre todo, estar más acostumbrado a partidos de mayor nivel. El conjunto de Emery echó de menos a sus referencias en el césped y esperemos que no tenga que echar de menos el fallo clamoroso de Gameiro en la segunda parte. 

El Sevilla fue, en términos generales, peor que su rival. En defensa estuvo correcto, a pesar de la intensidad del Oporto, pero donde mostró un nivel ínfimo fue en la construcción del juego y en la faceta ofensiva del encuentro. Ni Rakitic ni Marin ni Reyes ni los centrocampistas estuvieron acertados. De hecho estuvieron tan desaparecidos que el juego de ataque de los hispalenses brilló por su ausencia. Por todo ello, y por los dos balones al palo de los lusos, el Sevilla puede dar por buena la derrota por la mínima en este encuentro de ida, que al menos lo deja vivo para la vuelta en el Sánchez Pizjuán. Pero, eso sí, siempre se acordará del fallo de Gamiero. Porque un gol en Do Dragao vale un potosí y el francés tiró el oro por la basura.

Crónica on-line
Árbitro
Wolgang Stark. Amarillas a Alberto Moreno (15'), Jackson Martínez (42'), Reyes (68') Fernando (85' y 85'). Roja a Fernando por doble amarilla a Fernando (86').
Formaciones
FC Oporto: Fabiano; Danilo, Diego Reyes, Mangala, Alex Sandro; Defour (Herrera, m. 70), Fernando, Carlos Eduardo (Quintero, m. 57); Quaresma, Jackson Martínez, Varela (Ghilas, m. 76). 
Sevilla FC: Beto; Coke, Pareja, Fernando Navarro, Alberto Moreno; Iborra (Gameiro, m. 63), Carriço; Reyes (Vitolo, m. 74), Rakitic, Marin (Diogo, m. 63); Carlos Bacca.
Goles
1-0, m. 30: Mangala.
Incidencias
Do Dragao.

El Oporto marcó su territorio sobre el césped desde el primer minuto. Demostró personalidad y olvidó cualquier duda que pudiera arrastrar de la versión liguera del equipo luso. Mandó y superó ampliamente a los nervionenses en calidad técnica y física. Fernando se hizo con el mando en la medular, hacía inservible la tímida presión nervionense, daba salida con rapidez a la pelota y la llevaba a las zonas de influencia con claridad. Así, los Quaresma, Defour, Jackson y Varela entraron en acción, y también los laterales. Y eso provocó que el encuentro se decantara claramente sobre la portería de Beto.
Eso y que la salida de la pelota del conjunto andaluz era inexistente. Nadie tuvo la serenidad para darla en ventaja ni para hacer lo que precisamente hacía una y otra vez Fernando en las filas del Oporto. Dársela a los buenos con comodidad. Iborra y Carriço no podían y a veces no sabían hacerlo ante la contundente presión de los portugueses. Y cuando entraban en acción Reyes, Rakitic y Marin tampoco lo hacían. Les faltó precisión a los cerebros sevillistas, y así era difícil que Bacca tuviera alguna intervención en ventaja. Apenas llegó el conjunto hispalense en alguna acción a balón parado que a punto estuvo de dar rédito.
Pero el que de verdad llevaba peligro es el Oporto. Series continuadas de saques de esquina, subidas de Danilo, disparos lejanos y una buena acción de Quaresma, con un magnífico pase de exterior, que significó el gol local. Fue la única acción en la que cogieron los lusos distraídos a los nervionenses. Eso, unido a una gran acción individual y a un despiste en las marcas, provocó que Mangala rematara de forma inapelable y marcara el gol que, realmente, hacía justicia en el marcador. Pudo incluso rascar algo más el Oporto antes del descanso con un disparo de Defour al palo.
La superioridad del Oporto en los primeros 45 minutos se difuminó algo en la segunda mitad. El Sevilla asumió algo más de responsabilidad con la pelota, y eso se unió a que el conjunto portugués bajó un poco el pistón físico. De hecho, retrasó de inicio la presión y eso dio algo más de libertad a los nervionenses. Pero esos metros de regalo, ese respiro que propició el desarrollo del encuentro, para nada lo aprovechó el Sevilla. Ni mucho menos. Porque para el Sevilla este jueves tener la pelota era un suplicio. Ni Rakitic ni Reyes ni Marin ni los centrocampistas fueron un faro para los suyos. De hecho nunca combinó el equipo hispalense con sentido ni llegó con la posesión arriba. Es más, la mayor fuente de peligro del Oporto en la segunda mitad fue el propio Sevilla con sus erráticas salidas de la pelota. Una y otra vez las daban al rival los zagueros y los centrocampistas, y poca continuidad tuvo por tanto el juego ofensivo de los de Emery, que apenas pisaron área rival (9 veces por 33 del Oporto).
Con todo, cabe decir que Beto no sufrió en exceso, salvo en acciones muy puntuales. Las aproximaciones locales no acababan en remate y eso daba vida al Sevilla, que cambio su fisonomía con los cambios y las entradas de Diogo y Gameiro por un nulo Marin e Iborra. Con esa alteración lo cierto es que ganó en presencia el Sevilla, pero entonces surgió el francés... para mal. Gameiro, fichaje más caro de la temporada del Sevilla, debe marcar de diez once veces la ocasión que tuvo, solo, solo, en el área del Oporto. Tras un remate de Bacca la rechazó Fabiano y se la regaló al francés, que se alocó el solo para tirarla increíblemente fuera.
Fue la más clara del Sevilla, casi la más clara del encuentro, pero la tiró a la basura el francés, con lo importante que son estas acciones en eliminatorias tan cerradas.
Pocas acciones más tuvo el equipo de Emery, y ninguna, claro, tan clara. Apenas un disparo blando de Diogo y una falta alta de un Rakitic impreciso del todo. Así se agotaron los minutos hasta llegar al final con un jugador más por una tardía expulsión de Fernando, que ya afectaba más para el partido de vuelta que al de ida. Debió expulsar a Jackson mucho antes, pero ahí fue Starks casero.
El Sevilla se marcha de Portugal con un resultado malo, un peligroso 1-0, traicionero en la vuelta, pero vivo y con el que siempre debe de poder el equipo nervionense en Nervión. Sigue abierto el cruce. El equipo nervionense mostró una pobre imagen en Oporto. Un mejor Sevilla, el que se espera en Nervión, tendrá mucho que decir en esta eliminatoria y, por qué no, en Liga Europa.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar