El Sevilla vivió un auténtica noche mágica en el Ramón Sánchez Pizjuán. Unas semifinales europeas, de la Europa League, una más, bien lo valían. Y Nervión respondió como nunca... o como siempre. El ambiente fue realmente espectacular. Desde minutos antes del encuentro los graderíos empezaron a teñirse de rojo, rojo Sevilla y rojo bandera, porque eran las banderas las que tiñeron Nervión.
La primera apoteosis llegó con el himno del centenario. Aficionados y periodistas italianos cámara en mano, el Sánchez Pizjuán en pie y la mágica letra a capela. Enmudecieron los nobles seguidores fiorentinos. El Sánchez Pizjuán se hico una voz y estalló con la salida de los equipos al estadio. Una noche especial vivió momentos especiales desde el principio.