Reyes, el antiresfriado

Las finales, las celebraciones, el éxtasis de una noche como la de este miércoles en Basilea dan para mucho. Pero más singular y peculiar se convierte una celebración así si a la vuelta de la esquina existe otra final, en este caso la de la Copa del Rey, que obliga a celebrar la consecución de un gran título como el de la Europa League de forma diferente. También en el césped. Todavía sobre el verde del St. Jakob Park, el capitán José Antonio Reyes, ejerció tomo tal protagonizando una curiosa anécdota que dice mucho del vestuario sevillista y de cómo vive el grupo estos momentos.

Durante la celebración del título de la Europa League hubo momentos en los que la lluvia arreció con fuerza. De hecho, los jugadores, el cuerpo técnico, los consejeros celebraban el título sobre el césped con los aficionados que estaban en la grada. A media que avanzaba el tiempo y continuaba la lluvia, José Antonio Reyes, que no jugó ni estaba convocado, aquejado aún de su operación de apendicitis, empezó a reparar en un detalle. Queda una Final de la Copa del Rey por delante, ni más ni menos, ante el Barcelona, y no anda el Sevilla muy amplio de efectivos. Por eso el utrerano empezó a recomendar a sus compañeros que acabada la fiesta se marcharan de inmediato al vestuario para evitar un inoportuno resfriado. Les conminó a que se taparan y que no tardaran cuando acabara la fiesta.
Después del esfuerzo durante el partido, los jugadores podían enfriarse y más con la lluvia, y era un riesgo llegar a coger un constipado o un resfriado por estar demasiado tiempo mojados y sin moverse. Los futbolistas empezaron a hacerle caso y a marcharse a los vestuarios, una vez que ya habían disfrutado con los aficionados.