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El 'annus horribilis' de Carriço

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B.G.

La operación a la que se ha sometido Daniel Carriço ha caído como un jarro de agua fría en el Sevilla FC. Supone la primera lesión importante de la temporada en el cuadro nervionense, y además llega cuando el luso parecía estar recuperando su mejor nivel.

La trayectoria del defensor en el club de Eduardo Dato está plagada de lesiones, especialmente en los últimos tiempos, en los que es casi más normal verle en la lista de bajas que en la de convocados.
De hecho, si tenemos en cuenta el último año natural, Carriço ha llegado a perderse hasta 26 partidos oficiales. Demasiado.
El año pasado por estas fechas, el futbolista atravesaba unos problemas musculares que llegaron a mantenerle de baja 41 días. En noviembre de 2016 se lesionó en el recto anterior izquierdo en Formentera, y aprovechando el periodo de baja fue operado en el tobillo, donde tenía unas molestias. En ese periodo no jugó en 11 partidos.
Antes de acabar la temporada tuvo problemas en el tendón de Aquiles que le tuvieron en el dique seco 17 días y una nueva lesión le obligó a perderse la última jornada de Liga. En todo este año natural apenas le ha dado tiempo a disputar 606 minutos en Liga.
Esta fragilidad de Carriço comenzó en la temporada 2015/16, en la que se perdió hasta 30 partidos, mientras que en las dos campañas anteriores, sus primeras en el Sevilla, apenas se había estado en el parte de lesionados en 12 partidos, con un periodo de un año y medio sin dejar de jugar por problemas físicos.
El portugués es parte fundamental del vestuario y, por eso, fue renovado este mes de septiembre, ampliándose su contrato en dos temporadas más, por lo que expira en 2020. Ahora, su lucha es recuperarse de la operación en el tendón del cuádriceps de su pierna derecha, que se rompió en el entrenamiento del pasado lunes.