El Sevilla ha cambiado la cara en los dos últimos partidos. Los encuentros ante el Atlético de Madrid y contra el Espanyol han dejado buenas sensaciones para el cuadro de Vincenzo Montella.
Además de inculcar en el grupo un mensaje de unión y sacrificio defensivo conjunto, el italiano ha llevado a cabo varios cambios en lo táctico que están funcionando. Uno de los más básicos ha sido el freno en las rotaciones masivas que llevaba a cabo Eduardo Berizzo. El entrenador argentino defendía su propuesta con uñas y dientes. "Si cuentas con diez jugadores, evidentemente, conocerán antes la idea. El costo de hacerlo es la crítica, la cual asumo. El beneficio es llegar en los próximos meses entero como cuando empezamos LaLiga Santander. Soy consciente de que este equipo sufrió es desgaste de una competición triple y darle tantos minutos a los mismos. Si el costo es la crítica, lo acepto. Pero estoy convencido de que impondremos nuestra línea de juego, descansaremos y llegaremos muy fuertes a los próximos meses", decía Berizzo que no tuvo posibilidad de ponerlo en práctica por los malos resultados.
Por contra, Montella ha optado por crear un bloque más o menos reconocible. En primer lugar ha recuperado a Nzonzi en el medio y quiere que el francés se una Banega y Franco Vázquez. Por delante, salvo las modificaciones que pueda introducir en la punta del ataque por Muriel y Ben Yedder están funcionando en los últimos partidos, todo indica que en las bandas Correa y Sarabia son los protagonistas. Si delante hay un equipo más o menos definido, en defensa Montella modifica poco o nada. El portero es Sergio Rico sí o sí y la línea de cuatro la forman Corchia, Merado, Lenglet y Escudero.
Así las cosas, Montella ha encontrado un equipo titular, un bloque para, a partir de ahora, poder modificarlo cuando las circunstancias lo exijan.