Si alguien ha aprovechado esta jornada intersemanal ha sido el Sevilla. El triunfo del pasado miércoles ante el Málaga devolvió el oxígeno y la confianza a los hombres de Vincenzo Montella, que han logrado recuperar la senda de la victoria tras el duro varapalo del fin de semana ante el Atlético de Madrid. Tres puntos que obligaron a los rojiblancos a bajar el barro hasta conseguir el motín deseado, que ha cobrado más importancia tras los pinchazos de sus rivales más cercanos.
Con el empate a uno del Valencia en San Mamés, el conjunto sevillista recupera un hálito de esperanza por los puestos de Liga de Campeones, recortando dos puntos y dejando en ocho la distancia con esa cuarta plaza que ocupa el conjunto ché. Además, en apenas una semana se enfrentarán en duelo directo los dos conjuntos, lo que podría reducir aún más las distancias, además de ganar el golaverage, o terminar de sentenciar al equipo en su lucha por esa zona noble.
Un botín similar obtuvo el Sevilla respecto al Villarreal. El submarino amarillo se ahogó en el chaparrón de Ipurúa, frente a un Éibar que está de dulce y que logró noquear las opciones de los de Javi Calleja. Una derrota que permite a los de Montella recortarle tres puntos y adelantarlos en la tabla clasificatoria, colocándose quinto con un punto por encima.
Además de recortarle puntos a los de arriba, el triunfo ha servido para no sufrir si quiera por la sexta plaza. Girona, Getafe y Éibar ganaron sus respectivos encuentros y los tres puntos hacen olvidar estar a expensas de lo que haga aún el Real Betis, que podría incluso haberlo adelantado en caso de haber caído en La Rosaleda. Por tanto, la jornada 26 le sonríe y de qué manera al Sevilla.