Hasta que Caparrós y Castro –o Cruz- no decidan lo contrario, el de Luis Muriel seguirá siendo el fichaje más caro de la historia del Sevilla FC. Óscar Arias decidió pagar 21 millones de euros a la Sampdoria por el futbolista colombiano que llegara el pasado verano.
21 millones de euros por un jugador que destacó en Italia partiendo en la parte izquierda del ataque… pero que llegó a Nervión para jugar de delantero centro y tomar el peso goleador de un equipo que aspiraba a todo.
Muriel no ha sido el ‘9’ de referencia que buscaba Arias, acabando la temporada con un discreto bagaje de apenas nueve tantos. Pero es que en su mejor campaña en Italia sólo llegó a 13, lo que convierte aún en más incongruente el confiarle el rol de goleador.
Ahora, cuando está con Colombia en el Mundial de Rusia, José Pekerman le ha hecho debutar en la tercera jornada de la fase de grupos, ante Senegal, sustituyendo al lesionado James Rodríguez, la verdadera estrella de su equipo.
El entrenador argentino contó con él como segundo punta, partiendo desde la izquierda en ocasiones o acompañando a Falcao –verdadera referencia arriba- en distintas fases del juego en una línea de dos atacantes. Incluso en algunos minutos pareció jugar con total libertad de movimientos.
En todo caso, con la selección cafetera Muriel tampoco tiene el mismo rol que en el Sevilla, en el que se perdió en una temporada para olvidar. No está claro que continúe el año que viene, pues si llega una buena oferta será vendido, pero en el caso de que se quede Muriel tiene más papeletas de jugar en su puesto natural, pues la idea principal de Pablo Machín es la de contar con un delantero referencia, un tipo de futbolista que, desde luego, el cafetero no es.