El Sevilla afronta este jueves la segunda cita oficial del nuevo curso ante el Újpest. La goleada de la ida permitirá a Pablo Machin realizar cambios y nuevas probaturas, para seguir asimilando conceptos y terminar de ver a los que aún no han debutado a sus órdenes. Además esta podría suponer la última prueba para los delanteros rojiblancos, en una posición con posibles entradas y salidas que debe resolverse en los próximos días.
La dirección deportiva del Sevilla lo tiene claro, pues así se lo ha pedido el propio Machín: se busca un delantero referencia con un aval de goles asegurado, que se mueva bien en las jugadas a balón parado y que sepa jugar de espaldas. Una petición que perfila a Maxi Gómez y Aboubakar como las dos prioridades para esa parcela y aunque las negociaciones aún están lejos de cerrarse, el del Oporto es quien mejor posicionado está, merced a la oportunidad de mercado que supone, en una operación que rondaría los 20 millones. Además también se estudia la vía de Simone Zaza, algo más remota, o la de Batshuayi, que precisamente podría ser el recambio del italiano en el Valencia.
No obstante el Sevilla no escatimará en gastos, pues además del dinero recibido por las ventas de Lenglet y Correa, se espera que Nzonzi resuelva su futuro a la vuelta de vacaciones. También se busca un perfil de delantero de segunda línea, donde Munir y Ante Rebic son los mejores colocados.
Una serie de llegadas, que de concretarse, generaría overbooking en la delantera y dejaría en la rampa de salida a Luis Muriel. Ben Yedder parece intocable y la falta de gol del colombiano, que firmó el mayor traspaso de la historia de la entidad, hace que en el Sevilla esté pensando ponerlo en el mercado, aunque solo se escucharían ofertas similares al precio depositado por sus servicios el pasado verano.
El jugador aún guarda buen cartel en Italia, al igual que Correa, con el que comparte representante, por lo que no vería con malos ojos volver al país donde triunfó. Además no ha terminado de ganarse la confianza de Caparrós, con el que apenas disputó 80 minutos el pasado curso, por lo que de confirmarse las próximas llegadas sus horas podrían estar contadas. La cita ante el Újpest se presentaba como una oportunidad de oro para ganarse la confianza de Machín, pero el cafetero llega tocado y parece que deberá esperar a la próxima ronda, si la situación no se resuelve antes.