En Dinamarca hay un follón montado con su selección de fútbol de proporciones considerables, y uno de los focos de ese conflicto es Simon Kjaer, central del Sevilla FC y capitán del combinado danés.
Por supuesto, Kjaer es de los que lleva la voz cantante en las reivindicaciones de los futbolistas daneses a su federación, que obligaron a que los nórdicos jugaran un amistoso ante Eslovaquia con jugadores amateur y otros de la selección de fútbol sala.
Ante el País de Gales volvieron los profesionales, aún sin cerrar el conflicto, y consiguieron vencer a los británicos por 3-0 en su estreno en la Liga de Naciones, la nueva competición por selecciones que ha ideado la UEFA.
Las negociaciones por los derechos de imagen tendrán que volver a ser retomadas antes del nuevo parón internacional en octubre, pero en Dinamarca ya hay muchas voces críticas en contra de los jugadores, con Kjaer como principal objetivo por su papel principal en este asunto.
El sevillista se negó a agradecer al equipo de fútbol sala que defendiera los colores de Dinamarca en Eslovaquia, y en las redes sociales está siendo objeto de numerosas críticas, pidiendo incluso que no vuelva a vestir la camiseta de la selección. #IkkeMitLandshold -no es el equipo de mi país-, es el hashtag con el que están criticando a los futbolistas en su país.
Además, este martes se conoció que Kjaer pidió a los jugadores de fútbol sala que no jugaran ante Eslovaquia. “Fuimos convocados por la Asociación de Jugadores. Escuchamos sus argumentos pero ellos tenían que entender también los nuestros. Al jugar protegimos nuestros intereses, igual que Kjaer protege los suyos", explicó Cristopher Haagh, portero de fútbol sala en palabras a BT.
Con todo, el conflicto en Dinamarca se volverá a reproducir en apenas unas semanas, pues en el parón de mediados de octubre tienen programados un partido de la Nations League, ante Irlanda, y otro amistoso ante Austria.