El Celta se marchó triste a casa por la derrota ante el Sevilla (2-1) en el Ramón Sánchez-Pizjuán, pero hubo un jugador que sí tuvo una sonrisa. Iago Aspas se llevó una de las ovaciones de la tarde cuando fue sustituido en el segundo tiempo. El internacional español dejó una huella importante durante su etapa en Nervión y el público fue agradecido.
Desagradecido Iago Aspas, ni un gesto