El Sevilla cuajó un buen partido ante el Valencia. Estuvo serio, compitió bien ante un equipo que en verano era superior a él y sigue dejando señales de seriedad. Sin embargo, aunque a priori un punto podía ser positivo en un campo como Mestalla, la falta de pegada y el gol en el último minuto de Diakhaby habla de los pocos fallos que cometió el Sevilla contra un rival directo.
Después de una primera parte muy competida, en la segunda mitad el Sevilla cambio a raíz del gol de Sarabia. Se asentó en el partido pero no tuvo acierto arriba. Banega y André Silva enviaron dos pelotas al palo que podrían haber solventado la papeleta.
Quizá le faltó al equipo un poco de poso para jugar los últimos minutos.Esos donde ya no debe haber fútbol, ni pérdidas, ni faltas peligrosas que le den vida al rival. Ocurrió todo lo contrario.
Junto a la innecesaria falta de Muriel, el equipo le faltó la concentración necesaria para defender la última jugada del partido. Diakhaby se escapó en la marca y Vaclik no salió bien. Aunque el centro iba muy bien tirado, también se produjeron fallos que facilitaron el gol del Valencia.