Desde la llegada de Pablo Machín al banquillo local del Sánchez-Pizjuán, el Sevilla plantea de forma muy evidente una defensa compuesta por tres centrales. Un sistema que ha ido variando en la parte ofensiva, pero que no se ha movido un ápice en la zona defensiva.
Entre otras cosas, porque el técnico soriano ha encontrado ahí una base en la que sus equipos se encuentran cómodos para poder desplegar sus alas y mostrar todo el poderío atacante.
Con ese punto de partida, el club de Nervión contaba hasta hace unos días en su plantilla con cinco centrales específicos, más Amadou. Todos ellos diestros. Y eso, para un entrenador como Machín, es un problema a la hora buscar una salida limpia del balón desde el perfil izquierdo, ya sea en corto o en largo. De hecho, ha colocado en ese puesto de central zurdo en alguna ocasión a Escudero.
Y más allá de que esto último haya sido una prueba puntual o una acción de necesidad, lo cierto es que el Sevilla tenía un déficit en ese aspecto. Algo que ha intentado paliar en este mercado invernal con una opción de presente, pero también de futuro. Una opción que quizás es algo arriesgada a la hora de buscar un rendimiento inmediato, pero que cuenta con habilidades que hacen pensar en un porvenir ilusionante.
Maximilian Wöber (Viena, Austria; 4 de febrero de 1998) es un defensa central zurdo que combina un físico poderoso (1,88 m) con una técnica depurada para salir con el balón controlado, e incluso saltar líneas con un pase preciso. Un físico que le ha permitido jugar también como lateral. Internacional en todas las categorías inferiores, ya ha debutado a nivel absoluto con su país pese a su corta edad.
La llegada de Wöber va a enriquecer la libreta de Pablo Machín. Es una pieza que no había en la plantilla y que ofrecerá una variante más en el juego. A la hora de atacar y a la hora de defender a rivales altos o que jueguen por fuera, para poder cubrir la espalda del carrilero. Pese a no tener demasiada experiencia en la élite, en el Ajax ya ha disputado algunos partidos importantes.
El perfil de Wöber: "Hábil en la estrategia, con capacidad para anticiparse, elegante y polivalente"
También es un arma a tener en cuenta en la estrategia ofensiva. Y no sólo por su altura –no todos los jugadores altos son efectivos en este aspecto-, sino por su capacidad para anticiparse.
Eso sí, hay que entender que Wöber no es un futbolista hecho. Su margen de mejora es grande. Algo lógico si miramos su carné de identidad. Sobre todo porque tendrá que corregir pecados de juventud y de contundencia, que le hacen cometer errores groseros en algunas acciones. Hay un cambio importante en la exigencia de la competición en el paso de la Eredivisie holandesa a LaLiga Santander, y sus primeros meses en el club serán claves para que la adaptación no sufra contratiempos.