Las claves de la crisis del Sevilla

El inicio de año no le ha sentado nada bien al Sevilla FC de Pablo Machín, que está atravesando su peor momento desde que el soriano se hiciera cargo del banquillo y comenzara a competir allá por el mes de julio, especialmente en LaLiga, donde ha visto frenada su meteórica carrera.

En los últimos cuatro partidos apenas ha sumado dos puntos de los 12 que ha disputado y, de hecho, lleva más de un mes sin conseguir una victoria. La última fue el 16 de diciembre ante el Girona en Nervión, pero para encontrar la última fuera de casa hay que remontarse a la visita al Éibar del 29 de septiembre.

Así, ya es cuarto tras ser rebasado por el Real Madrid y las opciones de pelear por el título liguero son ya casi una quimera, pues el FC Barcelona se ha escapado hasta los 13 puntos de ventaja. Mientras tanto, por detrás aprietan el Alavés, el Getafe e incluso el Betis, que está ya a cuatro puntos.

Los motivos de este bajón son variados. Por un lado el centro del campo parece haberse caído, Banega está fundido, Sarabia atraviesa un mal momento y Franco Vázquez no brilla como lo hacía al inicio de la temporada.

Esto está provocado por tener una plantilla poco profunda, pero no sólo afecta a esa demarcación, ya que hay pocos efectivos de garantías en el banquillo.

También se está produciendo una sequía goleadora que contrasta con la facilidad con la que se veía puerta en el inicio de la campaña. El equipo lleva dos partidos sin marcar y su delantero, André Silva, no anota una diana desde el mes de noviembre.

Además, hay una demarcación clave en el sistema de Machín que está aportando muy poco, la del carrilero zurdo. Escudero no está bien y Guilherme Arana tiene todas las papeletas de dejar el equipo en este mercado. La opción Promes, de momento, no convence.

Eso sí, el Sevilla suma 33 puntos y sigue en los puestos que dan acceso a la Liga de Campeones. LaLiga da una oportunidad cada siete días y el próximo sábado toca ahuyentar fantasmas en la visita del Levante a Nervión.