Los aficionados más radicales de la Lazio llegaron al estadio Ramón Sánchez-Pizjuán después de ser escoltados por la policía desde los Jardines de Murillo. Y lo más importante sin incidentes graves, aunque algún ultra se ha querido saltar el cordón policial. Solo cuando el grueso de los aficionados italianos se aproximaban a los aledaños del estadio por la Avenida de Eduardo Dato, un grupo de 20 laciales han roto el cordón de seguridad para crear la confusión durante unos segundos. Salvo las típicas carreras entre seguidores sevillistas y romanos, la policía ha controlado perfectamente la situación.
Además, desde su llegada a la capital hispalense, la mayoría en la noche del martes, no ha habido enfrentamientos entre aficionados aunque los miembros de seguridad estaban advertidos de posibles quedadas entre ambos. Gran parte de los ultras ha llegado al estadio entre cánticos y con bufandas al aire, ante la mirada de cientos de aficionados del Sevilla que todavía se encontraban en los alrededores del estadio de Nervión.
Concentrados desde las 15.00h en los Jardines de Murillo, los seguidores italianos no han causado ningún altercado en la capital de Andalucía. A su llegada al estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, el control policial aumentó cuantitativamente para que un último grupo de ultras de la Lazio se aproximaran a los aledaños del feudo nervionense. Ya dentro del cordón policial, todo el dispositivo se relajó y los italianos entraron en el estadio.