Pablo Machín no puede estar contento al cien por cien. El Sevilla FC se encuentra en un momento plagado de dudas. Su mal rendimiento como visitante y la mala actuación en la vuelta de los cuartos de la Copa han provocado la incertidumbre sobre el equipo. Y es que, en el primer tercio de Liga, el equipo se colocó en el liderato. Ahora, acaba de perder la cuarta plaza y debe remontar para poder optar a la Champions League.
Desde que comenzase el torneo liguero, el equipo hispalense jugó con una ambición elevadísima. Tras 13 jornadas, el Sevilla era el primer clasificado de LaLiga, dejando atrás al Barcelona, al Atlético y al Madrid. Sin embargo, con la jornada 14 comenzó una montaña rusa que complicó los intereses sevillistas. El empate ante el Alavés fue el punto en el que el equipo de Machín empezó a resentirse por la escasa profundidad que tiene su plantilla. Además, las lesiones hicieron mella, creando otro conflicto que atajar por parte del entrenador soriano.
Con febrero casi terminado y comenzando el mes de marzo en El Alcoraz, el Sevilla ha visto cómo su objetivo se ha alejado en demasía. De hecho, el Getafe le arrebató, la pasada jornada, la cuarta plaza. La derrota ante el Barcelona en el Sánchez-Pizjuán fue la última del segundo tercio de Liga. En este, el Sevilla solo logró hacerse con 11 puntos de 39 posibles. Números inferiores a los conseguidos por equipos como el Huesca, el Eibar, el Rayo o el Leganés. Lo que está claro es que el equipo sevillista tiene por delante un último tercio intenso, pero emocionante. La cuarta plaza sigue siendo un objetivo real, y los octavos de la Europa League no son más que el inicio de un camino que siempre le fue favorable.