Desde que ha entrado 2019, el Sevilla no es el que era. El equipo de Pablo Machín se está cayendo por momentos y el partido contra el Huesca fue la última muestra de ello.
Después de sumar solo seis puntos de los últimos 30, el puesto del entrenador está siendo mirado con lupa y, aunque no se piensa todavía en un relevo, obviamente Machín está cada día más tocado.
En la comparativa con los números del Girona entre enero y junio de 2018, Machín da una de cal y otra de arena. El cuadro catalán jugó 21 partidos de Liga, ganó ocho encuentros, empató cuatro y perdió nueve. Es decir, sacó 28 puntos de los 63 posibles.
Si repitiera esos números en el Sevilla, los de Nervión lo tendrían difícil para meterse en la Champions.
En estos instantes en lo que va 2019, Machín solo ha ganado un partido en LaLiga (Levante), ha empatado dos (Atlético de Madrid y Éibar) y ha perdido seis encuentros (Athletic, Real Madrid, Vigo, Villarreal, Barcelona y Huesca).
El soriano cuenta con el apoyo de la plantilla y, por el momento, del club. Machín tiene esta semana dos retos, ante el Slavia de Praga y la Real Sociedad, para encauzar la panorama en LaLiga. Todo lo que no sea ganar los dos partidos será un nuevo paso atrás para el entrenador y para el Sevilla.
Aquí desde que tenemos a Mortadelo presidiendo las decisiones se toman mal y tarde, además lo que venga probablemente por precedentes anteriores puede que reste más que sume.
Que este hombre todavía siga entrenando al Sevilla es un insulto a la afición