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Un ataque de furia

Los jugadores del Sevilla celebran uno de los goles ante la Real.
Á. Ramírez

La segunda parte del Sevilla, la salida de vestuarios, es una oda al lema del club, a la casta y al coraje, y al fútbol, que no falte. El equipo nervionense, que alcanzó la segunda parte con un empate y algo precipitado, se llevó por delante a la Real Sociedad al salir de vestuarios en un vendaval de goles, ocasiones, fútbol, orgullo, casta y coraje. Estaría bonito saber lo que se comentó en ese vestuario en el descanso, aunque en realidad la demostración del equipo sevillista dejó bien claro de dónde procedía. El Sevilla moribundo, el Sevilla apagado, el Sevilla alicaído, tiró de orgullo, tiró de coraje para comerse al rival de principio a fin.

Los futbolistas nervionenses salieron al campo tras el descanso como poseídos. Arañaban, mordían, se instalaban en campo contrario y no dejaban respirar a los vascos. Esas virtudes, esos argumentos que trajo Machín y que parecían desaparecidos en 2019.

Fruto de ese arranque de orgullo, de presión, intensidad llegaron robos inmediatos, llegaron jugadas en campo contrario cerca de la portería de Rulli, llegaron los goles, llegaron las combinaciones.

La salida al campo del Sevilla en la segunda parte fue brutal: los de Machín arañaban, mordían, atosigaban... parecían poseídos

Y luego, claro, está Ben Yedder. El franco-tunecino estuvo soberbio. El 2-1 es una auténtica maravilla, por el pase de Navas, pero sobre todo por la picadita del delantero. El tercero del equipo fue una lección de oportunismo tras el excelente remate de cabeza de Munir, y el cuarto, el de su hat trick, una lección de concentración, rapidez y ejecución. Brutal lo de Ben Yedder.

Esa tormenta sevillista acabó con la Real, la hizo desaparecer. Pagaron los guipuzcoanos los platos rotos de la mala racha nervionense y hasta se metieron un gol en propia puerta, el quinto sevillista.

Un arranque precipitado y un Promes a gusto

Y eso que el Sevilla empezó el encuentro precipitado, nervioso, acelerado, aunque impregnado por amor propio y corazón. El equipo de Machín, en un intento de hacer valer sus bases, recurrió a una presión alta, intensa, como principal arma contra la Real. El Sevilla fue en esa faceta de menos a más, porque al principio el equipo donostiarra la sorteaba con facilidad, pero fue insistente el conjunto nervionense y por ahí fue ganando la partida a su rival.

Eso sí, acierto no hubo demasiado al principio y la intensidad provocaba que la precisión brillara por su ausencia en la mayoría de los casos. En ese encuentro alocado, de ritmo alto, destacó Quincy Promes, que precisamente se encuentra más vivo en esas situaciones. Fue de menos a más y fue osado sobre todo. Encaró y encaró y entre sus revoloteos sacó una gran asistencia que significó el 1-0. De hecho, el Sevilla, de una manera más insistente que brillante, logró alcanzar el área rival en varias ocasiones. También pudo haber marcado antes Ben Yedder.

Pero el problema de este Sevilla últimamente, más que el acierto, que también, es su fragilidad. Con nada le hacen peligro y con nada le hacen gol. Así lo logró Oyarzabal, con un balón recuperado por la Real en una mala salida de la pelota. Se sacó un zurdazo ante la marca laxa y el mal posicionamiento de los centrales que tampoco Juan Soriano pudo atajar.

Era algo injusto, pero el empate volvía al marcador. El Sevilla no se derrumbó, apretó y de nuevo se fue arriba, más por la izquierda que por la derecha, y acabó la primera parte agobiando a la Real, pero sin el premio del segundo gol. Ese se hizo esperar tras los vestuarios en una historia ya relatada, la de una segunda parte en la que una tormenta llamada Sevilla salió de vestuarios para arrasar en el campo. Solo queda esperar que esa tormenta no sea puntual, no sea cosa de un día, deje lluvia y se marche, sino que se convierta en borrasca, se prolongue, y devuelva al sevillismo su Sevilla, el de la casta, el coraje, el fútbol, los goles y la furia.

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  1. Ratón colorao

    Así se lleva jugando. Gran parte de la temporada, de hecho eramos y somos los máximos goleadores detrás del barca, en fin a seguir así, ÉCHALE HUEVOS, SEVILLA ÉCHALE HUEVOS, ÉCHALE HUEVOOOOO, SEVILLA ÉCHALE HUEVOOOOO.

  2. Mjdg

    No debiera ser tan difícil jugar así de vez en cuando. Gran segunda parte. Vamos!!!!!