Ha cambiado mucho la imagen del Sevilla suplente de una temporada a otra. En la fase de grupos de la campaña pasada los Roque Mesa, Amadou, Gnagnon, Muriel, Promes, Gonalons y compañía, perdieron dos partidos ante el Krasnodar y el Standard de Lieja como visitante y ganó al Akhisar en Turquía. Es cierto que ese grupo era algo más complicado que el presente, pero la solvencia que ha demostrado la unidad 'B' de Monchi y Lopetegui dice muchas cosas.
Una de las notas importantes es la mejora en el nivel de los suplentes. Gudelj, Koundé, Pozo, Óliver Torres, Munir o Chicharito han demostrado que quieren estar cuando se les necesite. Además, el simple hecho de que un titular el año pasado como Franco Vázquez sea suplente, habla claramente del ascenso en el nivel del equipo.
Otra reflexión es la idea y el trabajo que plasma el Sevilla sobre el campo. Para hacer eso, hay que tener buenos jugadores, pero también un entrenador que lo imponga. De momento, el mapa de Lopetegui lo compra todo el mundo en la plantilla.
Munir, Koundé, Gudelj, Óliver y Chicharito cuajaron un gran encuentro. El único suplente que desentonó fue Sergio Escudero. El capitán sigue arrastrando el mal momento de la pasada campaña y no consigue plasmar una mejora.
Lopetegui ya sabe que puede tirar del banquillo cuando sea necesario. Todavía queda mucho y el Qarabag no es un rival como para sacar conclusiones determinantes. Sin embargo, después de siete cambios en el once titular, el Sevilla sabe a lo que juega y da igual quien juegue. Esa es la mejor noticia. Los Muriel, Amadou y compañía son ya un recuerdo.