Camp Nou a la vista
Que el partido vital de la semana es el domingo en el Camp Nou deben saberlo todos en el Sevilla. El conjunto rojiblanco no debe tener mayor preocupación -todavía- en la fase de grupos de la Europa League. El Sevilla es el favorito del grupo con diferencia e incluso puede permitirse algún pinchazo.
Sin embargo, la cita ante el Barcelona se antoja realmente necesaria. Por todo el sevillismo es sabido la nefasta actuación que el Sevilla se ha acostumbrado a hacer en el feudo culé. En ocasiones, dantesco e impropio de jugadores profesionales.
Estuviese el entrenador que estuviese y jugasen los que jugasen, el Sevilla ha saltado al Camp Nou una y mil veces con el cartel de “rendido”. Por eso ha salido dilapidado durante tantas temporadas; porque cuando vendes tu dignidad a un precio tan bajo, puede pasar que te la quiten.
Las temporadas son muy largas y todos los equipos tienen accidentes. Algunos más que otros, pero todos sufren en algún momento una puñalada dolorosa. El Sevilla la padeció en Éibar por primera vez este curso y el club deberá poner a todos sus activos en orden para que la próxima tarde aún en llegar. Este año no toca el Camp Nou… o no debe tocar.
Lo cierto es que se nota una ligera esperanza en la afición sevillista. Esa misma que tantas veces en los últimos años se ha sentado en el sofá con la firme convicción de salir vapuleada ante el Barça o ser el juguete de Messi durante 90 minutos. Esa misma afición no dice lo mismo esta vez, al menos en su mayoría. Los habrá que sí, faltaría más.
El fútbol -y quizás Mateu- acabará decantando el partido para un lado o para otro. Quizás el Sevilla vuelva a salir con el rabo entre las piernas y con un saco de goles, y entonces este artículo se quedaría en meras palabras. Pero hasta el domingo, el pálpito es otro.
Este Sevilla tiene mimbres para no esconderse. El Camp Nou no es un circo romano del cual salir humillado cada vez que saltas al césped. Es un escenario perfecto para resarcirte, callar bocas y comerte la ambición del rival. Lopetegui, tiene usted en su mano una plantilla para ser valiente. Demuestre esa valentía. Sólo debe poner la inteligencia y el carácter.