El partido que el Sevilla FC jugó ante el Getafe CF fue un duelo de una batalla muy intensa, en el que el equipo nervionense no podía volverle la cara al juego duro que suele proponer el equipo azulón. En ese planteamiento era muy importante la figura de Éver Banega.
Sin embargo, el argentino fue el primer amonestado del partido, viendo la tarjeta amarilla en el minuto 15. El fantasma de las expulsiones de la pasada campaña sobrevoló el graderío del Ramón Sánchez-Pizjuán, y también el banquillo. En un partido de alto voltaje parecía complicado que Banega fuera capaz de disputar 75 minutos sin ver la segunda amarilla. Pero lo hizo.
El primero que expresó su confianza en él fue su entrenador, Julen Lopetegui, que decidió mantenerle en el terreno de juego pero no sin antes darle una advertencia. En el minuto 69 el vasco decidió mantenerle en el campo y sustituir a Joan Jordán para dar entrada a Franco Vázquez.
La petición de Lopetegui a Banega fue concisa y se pudo ver en las cámaras de la retransmisión televisiva. “Éver, cabeza, cabeza”, le dijo mientras Jordán se retiraba del cambio, pidiéndole que no hiciera ninguna tontería y acabara el partido sin ver una amarilla más.
Y lo logró. Banega creció como todo el equipo y fue importante para conseguir una valiosísima victoria sobre el Getafe. Estuvo los 90 minutos y estará en Valencia el próximo miércoles para medirse ante su exequipo en un partido muy importante.