Cuando un león ruge, los suyos le devuelven el rugido

El león es un mamífero carnívoro de la familia de los félidos y una de las cinco especies del género Panthera. Hace más de 10.000 años, el león era el mamífero más extendido tras los humanos. Sin embargo, en la actualidad cada vez quedan menos animales de esta majestuosa especie, que se extiende por el África subsahariana, por el noroeste de la India y, tan solo uno de ellos, por Nervión.

Cuando el león ruge, por mucha o poca razón que tenga, los suyos le apoyan hasta la extenuación, incluso con su propia vida si fuera preciso. Y este martes volvió a quedar reflejado en el Sánchez-Pizjuán. Pero, para contar esta historia debemos retroceder unos días atrás en nuestro relato. Sábado 18 de enero de 2020. El Sevilla caía derrotado en el Santiago Bernabéu, como casi siempre en los últimos tiempos, pero esta vez en un partido lleno de polémica.

Tras el pitido final, el director deportivo de la entidad hispalense, Ramón Rodríguez Verdejo, manifestaba ante los micrófonos su malestar por el arbitraje de Martínez Munuera en unas declaraciones que no dejaron indiferente a los amantes del balompié. Unas palabras que unos catalogaron de acertadas, otros de desafortunadas y otros incluso de plañideras. Pero lo cierto es que, al fin y al cabo, ejemplificaron el sentimiento de malestar de una grandísima parte del sevillismo, que veía como su club era 'bloqueado' por el Real Madrid tras la intervención del VAR.

Las reacciones no se hicieron esperar y el dirigente sevillista recibió un aluvión de críticas tras exponer su imprudente pensamiento de “retirar al equipo” en Chamartín. Monchi, lejos de venirse abajo, hizo oídos sordos a las acusaciones desde la capital de España y demostró una vez más que lo único que le importa es el Sevilla y su gente, esa a la que, como ha manifestado en repetidas ocasiones, tanto le debe.

El sevillismo es sabio, sabe que no es la primera vez que se intenta desprestigiar la imagen de su club fuera de Andalucía y tampoco se arrugó, al contrario. El público del Sánchez-Pizjuán mostró su incondicional apoyo al director deportivo sevillista en el pase de su equipo a los octavos de final de la Copa del Rey ante el Levante.

Nervión sabe que hay una ilusionante temporada por delante como para entrar en batallas innecesarias, Nervión sabe que no todo el mundo simpatiza con su equipo, pero le da igual, porque para quererse ya están ellos mismos. Nervión también sabe que, remando todos en la misma dirección difícilmente podrán derribarlos. Pero Nervión sabe por encima de todas las cosas que, la suerte de Monchi será la de todos y cada uno de ellos.

Los sevillistas pueden estar más o menos de acuerdo con las declaraciones de Monchi en el Bernabéu, pueden estar más o menos preocupados por el trabajo de su director deportivo en el mercado invernal, por los escasos goles de sus delanteros o incluso por los pobres números de su equipo ante los grandes de la competición. Pero lo que los sevillistas tienen claro es que Monchi es un miembro más de los suyos. Y cuando tocan a uno de sus miembros absolutamente nadie se atemoriza.

El pasado martes volvió a quedar demostrado que nadie se intimida en Nervión. Al revés. El sevillismo se vino arriba cuando más lo necesitó Monchi. Ante lo que considera una injusticia, Nervión sacó las garras, mostró su fe ciega y defendió a ultranza al león de San Fernando que apadrinó hace más de treinta años porque, cuando un león ruge, los suyos le devuelven el rugido.