El Sevilla FC ha comenzado febrero con una sensación agridulce. Está fuera de la Copa del Rey y en el partido ante el Deportivo Alavés en el Ramón Sánchez-Pizjuán no pasó del empate, en una de esas citas marcadas en rojo como propicia para llevarse los tres puntos.
Ahora, Julen Lopetegui tiene ante sí un mes clave para confirmarse como la principal alternativa a los puestos de la Liga de Campeones o, por el contrario, desinflarse y entrar en una dinámica similar al del año pasado.
El Sevilla viaja este fin de semana para medirse al Celta de Vigo, penúltimo clasificado, la siguiente semana recibe al RCD Espanyol, colista, y en su último partido ligero del mes visita al Getafe CF, el equipo que en este momento le precede en la clasificación pese a que están igualados a puntos. Los madrileños tienen a su favor el golaveraje general, aunque en el particular, el que cuenta a final de temporada, el Sevilla defiende el 2-0 que consiguió en el partido de la primera vuelta en Nervión.
Contar los tres partidos por victoria sería fundamental para las aspiraciones sevillistas. El equipo fuera de casa es el segundo mejor equipo de LaLiga por detrás del Real Madrid y es muy fiable, y dos de esos partidos son a domicilio.
Entre los partidos ante el Espanyol y el Getafe tendrá que dirimir la eliminatoria de la Europa League ante el Cluj, la competición en la que más esperanzas hay depositadas en estos momentos.
Febrero, en todo caso, es un mes que no ha dejado muy buenas sensaciones últimamente en la hinchada del Sevilla. El pasado año, con Pablo Machín al mando, en LaLiga empató con el Éibar en casa y después cayó derrotado en sus partidos ante el Celta, el Villarreal y el FC Barcelona. En medio se eliminó a la Lazio de la Europa League.
En el año 2018, con Vincenzo Montella en el banquillo, fue un mes de sensaciones contrapuestas. En LaLiga ganó tres partidos y perdió dos, pero ambos fueron por goleada (5-1 del Éibar y 2-5 del Atlético de Madrid). En las otras competiciones certificó su pase a la final de la Copa del Rey tras ganar al CD Leganés y jugó el partido de ida de la ya histórica eliminatoria de la Liga de Campeones ante el Manchester United.