Leve recuperación y segunda parte de callejón

Seis cambios en el once y la suplencia de jugadores muy titulares como De Jong, Diego Carlos, Reguilón o Suso fueron las apuestas de Lopetegui. Rony Lopes se estrenó en LaLiga como titular. Con estos ingredientes y los antecedentes dubitativos del Sevilla en casa arrancaba el choque frente a Osasuna. Un cóctel que parecía diabólico al inicio, sorprendió en la primera parte y que explotó en la segunda. La falta de hambre del Sevilla en los segundos tiempos es una constante en casa a lo largo de la temporada. Especuló con uno más y dos puntos más se escapaban del Sánchez-Pizjuán. Cuando se desangraba el equipo llegó el tanto de En-Nesyri. La rabia contenida se desataba. La mejoría debe ser más contundente.

Sin embargo, las sensanciones del equipo y el resultado logrado respaldan a algunos jugadores. La idea de Lopetegui se materializó en parte porque todo quedó lastrado desde que Aridane marcó el dos a uno. Los partidos duran 90 minutos y el Sevilla se puso muy nervioso ante un equipo con 10 jugadores por la expulsión de Herrera.

El equipo salió entonado y superó a su rival en todas las facetas del juego. Escudero dio una buena imagen después de mucho, Koundé va a más, Óliver Torres tiene que ser titular y En-Nesyri sigue mejorando. El único mantiene un nivel renqueante, seguramente por la falta de confianza, es Rony Lopes. No se echó de menos a Banega, Diego Carlos o Suso. Eso es mérito del entrenador. Alguno puede pensar que Osasuna era un rival factible. También lo eran el Espanyol, el Alavés o el Cluj y la imagen fue muy insuficiente.

En la primera parte, el Sevilla estuvo metido de principio a fin. En-Nesyri metió la primera que tuvo con un buen remate desde la izquierda en el minuto 13. El marroquí apareció en varias contras y poco a poco va aportando cosas. En casa, este punta debería ser titular.

No obstante, el mejor de la primeros 45 minutos del Sevilla fue Óliver. Robó la pelota en el primer gol y asistió, y en botó el saque de esquina en el tanto de Ocampos al filo del descanso.

Una segunda parte para el olvido

Cuando el Sevilla anotó el segundo y se produjo posteriormente la expulsión de Herrera, el partido parecía cerrado. Las sensaciones del equipo y Osasuna con uno menos invitaban a ello. Sin embargo, el equipo volvió a echarse atrás y en dos acciones aisladas, una a balón parado y otro penalti por manos muy discutibles. Según el siguiente criterio, que el VAR entre en la acción del penalti es muy dudoso:

Junto a esas dudas, el Sevilla estuvo mal en el segundo tiempo una vez más. Jugando contra 10, el equipo volvió a relajarse, se descompuso y no tuvo hambre para machacar el choque cuando lo tenía todo de cara. Desde el gol de Aridane (2-1), el Sevilla se puso nervioso y rezaba para que Osasuna no marcara el tercero.

No obstante, el empuje final de los de Lopetegui dejaron los puntos en casa. En-Nesyri salvó los muebles y todo el banquillo saltó al campo para celebrarlo. Parecía una final.

Todo ello le da para aguantar a Lopetegui. El principal problema es que el Sevilla sigue desconectándose en  las segundas partes. Al menos, para que el escribe, la primera parte y la reacción habla de un equipo que no está muerto.