Joan Jordán se está convirtiendo en este inicio de temporada en uno de los jugadores fundamentales para el Sevilla de Julen Lopetegui. El catalán ha ganado cuerpo, experiencia y se ha asentado en la medular del equipo.
Ya en su primera temporada en el club, Jordán arrancó de una manera extraordinaria. El ex del Éibar marcó en 2019 en Vitoria y Granada, y pronto se ganó la confianza de Lopetegui. Sin embargo, después pasó un bache de juego que incluso le relegó a la suplencia durante algunos partidos.
Este año su cara es distinta. Jordán es un futbolista más regular y más completo. Tiene el dominio de la pelota, mueve bien al equipo y defensivamente trabaja muchísimo. Por poner algún pero, debe mejorar su faceta goleadora.
Sin duda, su lunar estuvo en Granada. El español fue expulsado por un doble amarilla absurda y que denotó falta de concentración. Frente al ÉIbar estaba sancionado y reapareció en San Mamés. Ante al Athletic de Bilbao, Jordán volvió a cuajar un buen encuentro. Con él en el terreno de juego, el Sevilla fue mejor que el Athletic y dominó el encuentro con claridad. Sin embargo, desde que Lopetegui le cambió y dio entrada a Óliver Torres, todo el equipo bajó y nivel. Ahí llegó la remontada del cuadro vasco.
Probablemente, la bajada de nivel del Sevilla fue también causada por la salida de Rakitic. No obstante, el equipo se descompuso desde que Jordán y el croata salieron del campo.
El futbolista ha declarado en más de una ocasión que quiere llegar a la selección española y éste puede ser su año.