El Sevilla FC se clasificó con solvencia para los cuartos de final de la Copa del Rey al golear por 3-0 a un deprimido Valencia, que, con hasta nueve cambios en su once y la ausencia de hasta nueve titulares habituales, fue siempre muy inferior a un conjunto sevillista que resolvió por la vía rápida con tres goles en el primer tiempo. El último, una obra de arte de Ivan Rakitic.
Pese a los dos golpes iniciales el Sevilla no bajó el ritmo. Los de Lopetegui parecían dispuestos a aprovechar las facilidades de un rival cada vez más deprimido y a rentabilizar su superioridad, lo que se tradujo en el 3-0, a siete minutos del descanso, con un gran gol de vaselina del croata Ivan Rakitic, quien, tras recoger un rechace en la frontal del área, sorprendió algo adelantado a Rivero.
Un golazo sensacional que desató el asombro de sus compañeros. Tal es así que Jules Koundé lo celebró de una forma muy peculiar. El central francés se acercó a Ivan Rakitic y le limpió las botas. Un gesto habitual en golazos de este calibre.