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Champions League
Sevilla
Jornada 1
2-3
17/02/2021 21:00
Borussia Dortmund

Un hálito de vida

Expandir v

El martillo nórdico llamado Haaland aterrizó en el Sánchez Pizjuán para golpear, zarandear, atosigar y casi matar al Sevilla. Y lo cierto es que lo ha dejado tocado, maltrecho, herido... pero no muerto, no muerto. El Borussia Dortmund se mostró superior en muchos aspectos al Sevilla, en la mayoría de los que tienen que ver en un partido de fútbol, y por eso se llevó el partido y casi sentencia la eliminatoria. Pero hay un casi, hay un hálito de vida con ese gol de De Jong, que agarra al equipo hispalense al partido de vuelta. Difícil es, dificilísimo, pero un 0-2, o a partir de ese resultado, no es un imposible.

El Dortmund fue mucho más de lo que suele ser, al menos en Alemania. Fue un Dortmund colosal, como colosal fue Haaland, y fue Sancho, y fue en general todo el equipo alemán, competitivo al máximo nivel, agresivo al máximo nivel, tanto que minimizó a un Sevilla que lleva por bandera la competitividad y la agresividad.

La primera parte, con un ritmo por debajo de lo esperado en el Sevilla, con faltas de concentración que no suelen verse por Nervión, fue cruel, pese al 1-0 de Suso. Haaland no tardó en demostrar sus credenciales y rompió el encuentro con dos goles en dos llegadas.

Por más que el Sevilla se adelantara en el marcador en una buena y afrotunada acción de Suso, el partido se presentó con una superioridad latente del Borussia Dortmund en casi todas sus acciones. Intensidad, precisión, agresividad y un instinto ofensivo que en cada jugada les permitía pisar área y hasta rematar. La esperanza sevillista era que ese 1-0 atemperara algunos ánimos, tranquilizara el encuentro y que, a través de la posesión, el partido fuera siendo controlado por el Sevilla. Pero el gol de Dahoud ni permitió a los de Lopetegui asentarse en el partido con el resultado a favor. Fue una primera jugada con aparición de Haaland pero mérito para el centrocampista.

Ese tanto dejó ya tocado a un Sevilla que no estaba siendo mejor ni estaba imponiendo su plan en el partido. El Dortmund encontraba espacios, lograba correr con la pelota a través de Sancho y Haaland, precisamente los dos jugadores más peligrosos del rival. Ni el centro del campo ni la defensa nervionense ataban en corto a los estiletes alemanes, que si hacía falta retrasaban su posición para iniciar esas carreras con menos contrarios. Además, en ataque el Sevilla estaba bastante espeso, muy inmóvil, muy previsible, y se hacía fácil de defender. Apenas Suso generaba algo de intranquilidad, pero con poca claridad, sin remate, sin llegada, muy plano.

El partido estaba ideal para el conjunto alemán. Buen resultado, rival tocado y sin las ideas claras en la construcción, esperar el fallo y contra. Así de fácil. Haaland vino a recibir, se dio la vuelta y eso fue el acabóse. Pared de quilates con Sancho y golazo de los amarillos, que tuvieron tiempo para hacer un tercero en un fallo incomprensible en la salida de la pelota de Rakitic que penalizaron Reus y, cómo no, Haaland, que firmó su doblete. Suerte que llegó el descanso, porque el partido podría haberse puesto aún más agrio.

Lopetegui intervino en el descanso en el curso de los acontecimientos. Retiró a Rakitic del campo, la primera de las piezas que cayeron, y metió a Gudelj para cambiar el sistema y meter tres jugadores atrás, con Fernando entre los centrales, y así intentar liberar a Escudero y a Navas por la banda. Se protegió en defensa y lo agradeció el equipo. De hecho, en la segunda mitad el Dortmund se acercó en contadas ocasiones, con peligro siempre, pero en menos ocasiones. El Papu se quedó como mediapunta, pero el argentino también fue intrascendente, más que intrascendente, hasta peligroso, porque también generó varias pérdidas que desesperaron a Lopetegui, que no tardó en completar un triple cambio que empezó a mejorar al Sevilla. Entraron Óliver, Munir y De Jong, que dieron bastante movilidad al equipo, más opciones, sobre todo con el de Talavera de la Reina, que lo cierto es que mejoró bastante el juego sevillista, lo mejoró y lo aceleró, y empezaron a entrar en juego Navas y Escudero.

No tardó demasiado en salir Óscar, que sería de hecho otro de los activos para que la eliminatoria no se desmadrara. Lanzó un balón al palo en una falta y en la siguiente asistió a De Jong para que marcara el 2-3 a falta de 10 minutos. El gol espoleó algo más al Sevilla, que vio a mano lo que había estado tan lejano, el empate. Metió dos o tres balones al área, incluso generando cierta polémica en el minuto 92 con un posible penalti a De Jong, pero el marcador ya no se movería.

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