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El día que James empujó a Modric

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Deletree conmigo: P E R I O D I S T A

Un clavo saca a otro clavo y de esta locura que arrasa España desde Madrid nos sacará otra jornada de LaLiga Santander. Por suerte, hay partidos desde este martes, la jornada 36 volverá a ser la más decisiva de la temporada, hasta que llegue el domingo y se juegue la penúltima. Por tanto, a la absurda polémica del penalti más claro de la historia cometido por Eder Militao en Valdebebas le quedan horas en esta sociedad con prisas y sin memoria. Con suerte, hasta habrá otra decisión difícil de entender que sacará la camiseta roja del Sevilla FC de todas las portadas, los telediarios y las tertulias charlatanas. Con mucha suerte, no sucederá nada de eso y LaLiga quedará más decantada aún cuando llegue el primer viernes sin estado de alarma, y entonces el país virará la mirada dirigidos por la poli de balcón que siempre encuentra de qué acusar.

Desde el robo más grande de la historia al no me gustan las líneas trazadas, pasando por la propuesta de suprimir el VAR en las últimas jornadas o argumentando la ¡inconstitucionalidad! de la decisión de Martínez Munuera… ahí está la triste realidad de parte del circo nacional que rodea al fútbol, porque esto ni es fútbol real ni es nada, y por mucho que quieran sigue siendo constitucional que el Madrid no gane siempre.

La actuación del VAR y de Martínez Munuera fue de libro, para poner en las academias de árbitros. De un penalti que habría supuesto el 2-1 a favor de los locales se pasó a un 1-2 simple y llanamente porque el videorbitraje hizo su función y resolvió injusticias, como también hizo en el gol anulado a Benzema. Ningún aficionado cabal discute que si un defensa salta con los brazos como si fuera el Cachorro y la pelota le da en la mano dentro del área, la acción es penalti. En el fútbol del VAR y en el fútbol de toda la vida. Obviando, por no meterse en camisas de once varas, el tremendo empujón que Militao propinó a su compatriota Diego Carlos.

La polémica mano de Militao en el Real Madrid-Sevilla FC.

Las polémicas son parte del fútbol, la sal al huevo. Con el VAR las sigue habiendo y las habrá, pero es indiscutible que es una herramienta valiosísima y súper útil para que el fútbol sea verdaderamente más justo, como lo fue el domingo en Valdebebas. Sin embargo, desde las voces autorizadas merengues se machaca esta herramienta desde el día en que se comenzó a usar. ¿Recuerdan por qué se dejaron de sancionar como rojas los pisotones en los tobillos? ¿Habría pasado si en vez de Modric estrena esta decisión un Sergi Gómez de la vida? ¿Hace falta explicar por qué demonizan el VAR?

Un día, en la prehistoria del videoarbitraje, en el área de los de rojo James empujó a  Modric, blanco sobre blanco, Mateu Lahoz señaló penalti y el propio James marcó. Entonces, hubo quien justificó que Mariano y Mercado pasaban por allí y algo habrían hecho

Porque un día, recién estrenado un 2017 que prometía ilusionante para el sevillismo en la prehistoria del videoarbitraje, en el área de los de rojo en el Santiago Bernabéu, James Rodríguez empujó a Modric, blanco sobre blanco, Mateu Lahoz señaló penalti y el propio James marcó un gol a favor de los de blanco. Entonces, hubo quien justificó -comentarista argentino incluido- que Mariano y Mercado pasaban por allí y algo habrían hecho. Y eso, en definitiva, es lo que molesta, que haya quien pase por allí y no haga la ola a la supremacía merengue, tragándose jornada tras jornada y temporada tras temporada una tropelía detrás de otra. Por eso molestaron tanto las palabras de Monchi del año pasado. El objetivo del Sevilla es ese, seguir “dando por culo”, Suso dixit, y con el VAR será más sencillo.