Lucas Ocampos se quedaba hace unos días fuera de la lista definitiva de la selección argentina que disputará la Copa América. Un varapalo para el jugador del Sevilla FC que venía entrando en los planes de Scaloni, aunque también la oportunidad de que el futbolista recargue pilas y encuentre su mejor versión como sevillista.
La ausencia final de Ocampos en la Copa América, además de la propia desilusión del futbolista, supone un posible escaparate menos para el jugador. Sin embargo, a nadie escapa que el rendimiento del argentino en su segundo año como sevillista no ha sido el mismo que en el primero, probablemente condicionado por la sobrecarga de partidos.
Los números así lo señalan. Si en la primera campaña en el Sevilla sumó 17 goles y 5 asistencia, en 3.574 minutos; fueron 8 goles y 4 asistencias en la segunda, con 3.399 minutos jugados entre las distintas competiciones. El hecho de engarzar casi dos temporadas, por la situación derivada del coronavirus y las pocas vacaciones del equipo, pudieron influir.
Además de por los goles, fundamentales en un futbolista de la zona ofensiva, Ocampos se caracteriza por la energía y el vigor en todas sus acciones. Ahora sin Copa América por delante en sus piernas, el jugador del Sevilla tendrá tiempo para recuperarse, cargar pilas e intentar ser el futbolista del primer curso en el que su cuota goleadora fue decisiva.