El RB Salzburgo buscaba en 2017 disputar por primera vez (con el nuevo nombre) la fase de grupos de Champions League. Un premio ganado en los terrenos de juego que estuvo a punto de tirar por tierra la propia UEFA en los despachos. De hecho, el organismo europeo planteó retirarles de la competición junto al RB Leizpig.
Sí, no es una broma de mal gusto. El máximo organismo a nivel europeo no permitía la presencia en competición europea a entidades que compartan el mismo propietario. El Salzburgo, campeón por aquel entonces de la liga austríaca, y el Leipzig, son propiedad de la empresa Red Bull, algo que choca frontalmente con el reglamento interno de la UEFA.
De hecho, en las competiciones europeas ambos modifican su nombre. El cuadro alemán pasó a ser el RasenBallsport Leizpig, denominando al cuadro austriaco como FC Salzburg.
"Todos los criterios, incluidas las cuestiones de propiedad, serán verificados para cada club por la UEFA y después se procederá en cada caso si no se cumplen las normas", decía el organismo continental en un comunicado. De hecho ya existía un precedente similar. En 1998, la UEFA excluyó al Sparta de Praga y el AEK.
Finalmente la Cámara de Adjudicación del Organismo de Control Financiero de Clubes de la UEFA (CFCB) optó por permitir la participación de las dos entidades en la máxima competición continental tras constatar que no se vulneraba el artículo 5 sobre integridad de la competición "No existe influencia simultánea" entre RB Leizpig y Salzburgo, decía la UEFA.
La UEFA comunicó por entonces que adoptaba esta decisión "después de una investigación exhaustiva de los varios e importantes cambios estructurales y de gobierno realizados por los clubes, especialmente en materia corporativa, de financiación, de personal y de acuerdos de patrocinio".
La UEFA también advertía que "el CFCB mantendrá el control a ambos clubes para asegurar que las reglas de integridad sean respetadas en el futuro", aunque desde entonces no hubo más problemas.