El Sevilla FC visita este miércoles el Volkswagen Arena en la segunda jornada de la fase de grupos de la Champions League. Enfrente estará el Wolfsburgo, un club con una historia muy peculiar y que creció de la mano de la empresa automovilística. En el club están muy apegados a sus orígenes, que se remontan a los años previos a la Segunda Guerra Mundial, aunque el motivo de su apodo tiene una causa aún más ancestral.
La familia von Bartensleben era una familia aristocrática alemana que gobernó los alrededores de lo que hoy es Wolfsburg con el área de Vorsfelder Werder y el parche de Vorsfelde desde el siglo XIII hasta 1742 . El germen de la mencionada familia se remonta al siglo XII y a ella pertenecían las tierras colindantes al castillo con foso en el pueblo de Bartensleben.
El animal de su escudo era un lobo y aunque el apellido de la familia se extinguió en 1742, con la muerte del último representante masculino, el animal seguiría representando a los terrenos hasta el día de hoy.
En julio de 1938, unos años después de autoproclamarse Führer, la citada aldea de la Baja Sajonia fue elegida por Adolf Hitler para que Ferdinand Porsche, el austriaco creador del vehículo de alta gama, fortaleciera una población que giraba en torno al auto del pueblo.
La nueva ciudad se fundó bajo el nombre de Stadt des KdF-Wagens bei Fallersleben, de ahí que el citado coche se denominara Kdf-Wagen, aunque se conocía popularmente como el escarabajo. El terreno disfrutaba de un acceso a través de una vía fluvial y una central eléctrica propia que abastecía a la fábrica y a la nueva ciudad, aunque en el periodo bélico la fábrica se centró en dotar de armamento al estado. Tras la Segunda Guerra Mundial fue renombrado como Wolfsburg.
Desde entonces el lobo siguió formando parte del escudo de la ciudad. El escudo de armas muestra en rojo un lobo plateado saltando a la izquierda sobre dos cerdos de grano dorado.