El Wolfsburgo, próximo rival del Sevilla FC, es uno de esos equipos en los que el futbolista debe cuidar con mucho detalle qué marcas utiliza. La entidad nació bajo el amparo de Volkswagen, la empresa automovilística que agilizó el desarrollo de la ciudad en la Segunda Guerra Mundial. Para entender la noticia hay que saber la historia del club y conocer la vinculación que tiene con la fábrica, que dota de trabajo a la ciudad y posee el 100% de las acciones del club. Tal es la aleación que en 2016 la directiva multó a su delantero, Niklas Bendtner, por posar con un Mercedes.
El futbolista no fue convocado para los octavos de final de la Champions. Una decisión que no le gustó y a la que reaccionó rompiendo una de las reglas del club. Bendtner apareció en el centro de entrenamiento con un Mercedes y subió una foto a sus redes sociales. Una acción grave para el club, promocionado y casi dirigido por la empresa de automóviles.
"Esto es un mal comportamiento y al final costará dinero", declaró el director deportivo del Wolfsburgo Klaus Allofs por aquel entonces.
Lo más curioso es que esta no era la primera vez que Bendtner era sancionado por un caso que nada tiene que ver con el fútbol. Unos años antes, en la Eurocopa 2012, el danés fue sancionado con 100.000 euros por enseñar ropa interior patrocinada durante un partido contra Portugal.