Una cuestión de extremos. El Sevilla FC de Julen Lopetegui demostró durante la última temporada que en el Sánchez-Pizjuán nada está asentado en el centro: de la alegría a la pena, del éxito al fracaso... y del mediocampo a las bandas tan rápido como se pueda. Lo dicho, cuestión de extremos.
Extremos pudieron ser los comentarios y el juicio final de la afición. Pudieron ser aquellos que confiaron ciegamente en el proyecto de Lopetegui y los que querían que llegase un nuevo entrenador. Fueron, probablemente, los que adoraron a En Nesyri por su gol ante el Atleti a pesar del mal año y los que le tiraban piedras a pesar de lo que había demostrado anteriormente. Aunque los que seguro que fueron extremos fueron los Suso, Lamela, Ocampos, Papu Gómez y compañía. Las alas de un Sevilla que les necesita más que nunca.
El bajón del equipo de Julen Lopetegui, entre otras muchas causas, llegó por el mal rendimiento de sus extremos. Tecatito, desde su llegada, puso algo de luz, pero la realidad es que Suso y Lamela, por lesión, y Ocampos, en general, estuvieron muy lejos de su mejor nivel. El Papu, por momentos, se mostró, pero siempre alejado de la cal.
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— Sevilla Fútbol Club (@SevillaFC) July 13, 2022
En estas, y con Suso y Lamela dispuestos a demostrar que a pesar de su último año casi en blanco aún tienen mucho que demostrar, Julen Lopetegui quiere que sus extremos vuelvan a brillar. Y es que son más que necesarios: los del Sánchez-Pizjuán son uno de los equipos que más fútbol generan por sus costados y sin sus extremos se anula por completo.
Falta un Banega que ofrezca pases mágicos, falta un Luis Fabiano que marque todo lo que llegue... y falta la brillantez de sus extremos. El nuevo Sevilla y el éxito que le llegue, probablemente, será otra vez cuestión de extremos.