Kanouté, invitado de lujo en el Leicester-Sevilla
Fréderic Kanouté disfrutó en directo del duelo que disputaron este domingo Leicester y Sevilla FC (1-0). El exfutbolista es representante de Patson Daka, jugador que en su día recomendó al club sevillista y que ahora juega para los Foxes. Una visita con motivo doble, pues también pudo estar cerca del club de su vida.
Kanouté será por siempre, gracias a sus goles, su lealtad, su clase y su constancia, en uno de los jugadores más queridos por el sevillismo. Un ariete que se convirtió en el cuarto máximo goleador de la historia Sevilla con un total de 136 goles, por detrás de otros futbolistas históricos como son Campanal (214), Juan Arza (207) o Juan Araujo (158), y por delante de su amigo y excompañero en ataque Luis Fabiano (108).
Y él mismo nunca olvidará al Sevilla. Con su llegada a Nervión alcanzó la cumbre de su éxito, a nivel colectivo, al alzarse con dos Copas de la UEFA (2006 y 2007), una Supercopa de Europa (2006), dos Copas del Rey (2007 y 2010) y una Supercopa de España (2007).
Su papel en dichos campeonatos fue de vital importancia logrando anotar goles en la final de la primera UEFA ante el Middlesbrough, frente al Barcelona en la final de la Supercopa, y en la final de la Copa del Rey del 2007, donde el Sevilla se alzó como campeón gracias a su solitario gol frente al Getafe. Igualmente, en el partido de vuelta de la Supercopa de España 2007 frente al Real Madrid, Kanouté hizo algo impensable: hacer un hat-trick al conjunto blanco en el Santiago Bernabéu, con un resultado final de 3-5.
El ariete de Mali se marcharía del club nervionense tras finalizar la temporada 2011-2012. Y es que tras lesionarse en la fase final de la temporada y parecer que no podría despedirse de su afición, Kanouté acortó su recuperación y pudo disputar los últimos minutos como jugador sevillista ante el Rayo Vallecano, logrando en el minuto 80 marcar su último gol como blanquirrojo, en su estadio, el Ramón Sánchez Pizjuán, y frente a toda su afición. El resultado fue salir manteado y ovacionado del campo de su corazón.