El Sevilla FC concedió el premio especial SFC José Antonio Blázquez a Javier Mérida Cidoncha, periodista sevillano de dilatada trayectoria que comenzó su carrera periodística en la redacción de deportes de El Correo de Andalucía. A finales del pasado siglo se hizo cargo de la corresponsalía del diario Mundo Deportivo en Sevilla, hasta la puesta en marcha de Diario de Sevilla en 1999.
Miembro de la primera redacción de deportes de esta cabecera junto a Jesús Alba, Fernando Matres o el propio Juan Antonio Solís, llegó a ser nombrado jefe de área, hasta que se vio obligado a dejar la profesión al serle diagnosticada la enfermedad de ELA, una afección contra la que el Sevilla FC está especialmente sensibilizado. Sin ir más lejos, y de la mano de la Fundación del club y de su ex-jugador Juan Carlos Unzué, lanzó el pasado mes de marzo la campaña solidaria Vivir valELA pena. Su discurso, en boca de su hijo, el momento más emotivo del evento.
"No se me ocurre forma más sincera de empezar que diciendo gracias al Sevilla FC desde el corazón. Es un honor y me siento orgulloso de recibir un premio a nombre de José Antonio Blázquez. Sé que de no ser por mi estado de salud no lo recibiría, porque mi profesión estos últimos años no se centró en narrar los avatares del Sevilla FC, pero eso no fue óbice para aceptar el premio desde que me lo comunicó mi hijo.
Paradójicamente, cuando empecé las prácticas en El Correo sí que cubría la información del Sevilla, porque soy vecino de Nervión y por Manuel Vizcaíno, amigo íntimo de mi padre, que me dio un carnet de colaborador y me presentó a mucha gente. Estaba muy bien relacionado en la entidad, tanto, que Florencio Ordóñez pensó muchos años que era sevillista. Di la primicia del gol de Súker gracias a mi tío Pepe, sevillista ejemplar y colaborador del club.
Intimé con Francisco, Moisés, Codesal y conocí a unas de las mejores personas que me he encontrado en el mundo del fútbol, Pablo Blanco. Le hice una entrevista en la grada a mi hoy compañero de fatigas, Juan Carlos Unzué, al poco de fichar. Era, como yo, un chaval con ganas de comerse el mundo. Él sí que merece todos los homenajes recibidos, incluido el que le profesó este gran club. Es muy difícil afrontar nuestra enfermedad como él lo está haciendo.
Me llevaría horas narrar todas las vivencias como periodista sevillista, si se permite la expresión. En aquellos años de El Correo solía ver los partidos con el redactor titular del Sevilla, Jesús Gómez. Pero no fueron esos mis inicios en la grada. Todos mis amigos del barrio eran sevillistas y con 12 años me saqué el carnet en Gol Norte para ir con ellos. Vi a Bertoni, Montero, Buyo, a Superpaco, Álvarez, Pintinho y Rubio. Y al Sevilla Atlético de Manolo Cardo los domingos por la mañana. En los últimos años he conocido a Pepe Castro a través de Manolo Vizcaíno. Es un gran hombre y para muestra un botón.
En la previa de un partido en Madrid dejó una charla en el hall del hotel para que dejaran entrar a mi hijo, que hacía sus primeros pinitos en la profesión. Esa es la clase de gente del Sevilla FC que me he encontrado en mi singladura. Y qué decir de Monchi, que me dijo que debería haber sido miembro de una dirección deportiva y no periodista. Aún conservo ese Whatsapp. No quisiera olvidarme de mi añorado Rosendo Cabezas, otro amigo con el que daba gusto hablar de fútbol, o la sonrisa de Mari Carmen en la puerta de cristales, Bernet, Corrales, Silva, Conrado o Canseco".