La nueva vida del Sampaoli padre: “Disfruto más de ver a mis hijos que del Mundial”

El Jorge Sampaoli que ha llegado al Sevilla FC hace un par de meses no tiene demasiado que ver con el que se marchó en el verano de 2017. Dicen los que más le conocen que su vida ha cambiado desde que es padre de dos chicos, y el propio entrenador se ha sincerado este jueves reconociendo que le han hecho vivir de otro modo.

León y Bento son los dos hijos que tiene con su pareja, Paula Valenzuela, nacieron en su etapa en Brasil y han cambiado tanto la vida de Sampaoli que reconoce no estar siguiendo el Mundial de Qatar 2022 con demasiada atención. “Me ha tocado ser padre de mis dos hijos más grandes que están en Argentina, que por el fútbol generé un poco de abandono. Me han llegado estos dos chiquitos que nacieron en Brasil, uno en la etapa de Santos y otro en la de Mineiro. Yo nunca habría dejado de ver un Mundial por ver a un niño. Ahora dejo de ver un Mundial por ver a mi niño. Uno cree que por mirar mucho va a ser mejor, y termina siendo más egoísta. Disfruto más con ver a mis hijos que a un Mundial, por eso me aboco más a ellos. ¿Hace años diciendo eso? Jugando Argentina y siendo hincha, imposible. Los partidos de Argentina vi todos entrecortados, ahora los quiero ver con atención, porque llega una etapa en la que quiero sentir lo que sentí en mis mejores tiempos como hincha de mi hermoso país. La profesión te va alejando de aquel que fuiste. Hoy mi versión es autómata, donde el disfrute está en ganar y perder, eso es corto, pobre, hasta penoso en realidad”, reflexionaba Sampaoli.

El entrenador del Sevilla, además, sabe bien lo que es vivir desde dentro un Mundial. “Me tocó estar en el Mundial de Brasil 2014, en el de 2018… trabajando. Este, que lo podría disfrutar como hincha, tengo dos hijos de uno y de tres años, que son brasileños, y no me dejan ver ni 20 minutos tranquilos para analizar el Mundial. Lo analizaré un poco más ahora. En un torneo donde hay muy poca felicidad, mucha tensión, es un lugar donde no veo que el jugador disfrute mucho. Necesita jugarlo, quiere jugarlo, pero cuando llega hay muchos condicionantes que hacen que el rendimiento esté lejos. Mucha tensión, mucho nervio, me ha tocado desde adentro y en dos años he visto lo mismo”, explicaba.

Sampaoli, además, ‘filosofó’ a su modo sobre el momento que se vive en el fútbol.

El fin del tiki-taka. “No creo que jugar bien al fútbol esté obsoleto. La interpretación del juego de posesión tiene que ver en la altura donde juega el equipo. Intentamos que el equipo suba a una altura para intentar dar menos pases en campo propio y muchos en campo rival, que es lo que me gusta. Eso va a generar que el equipo se acerque más a la posibilidad de ganar. Hay quien cree que tiene que salir desde el inicio y llegar con el bloque junto, pero todos los equipos están preparados para presionar, recuperar y hacer transiciones. A nadie le interesa tener el balón, porque cuando lo pierdes, el rival está preparado para optimizar tu pérdida. Hay tanto miedo a perder, que hay miedo a tener la pelota. España tiene futbolistas que asocian muy bien, el Barcelona en su momento, y han marcado una época, construyendo ataques desde el balón, con mucha precisión. Ahora veo al City, algún equipo esporádico lo intenta. El resto son equipos físicos de transición, contundencia arriba y abajo. Son modas. Cambiará dentro de muy poco. Lo importante es ganar. Que el rival te genere menos situaciones y tener más en el arco rival, y tener jugadores que puedan resolver esos momentos”.

Su entrenador preferido. “Guardiola. Es el entrenador que mantuvo una idea, más allá de los jugadores que puede traer ese club, que son los mejores, y ha logrado dominar en todos los partidos a todos los rivales”.

Conectar con los futbolistas jóvenes. “Vamos modificando situaciones que tiene que ver con lo actual. La sociedad está tan agotada o cansada, que los jugadores no tienen el mismo rendimiento de un año a otro. Los jugadores que se creen que son libres no lo son, están sujetos. Tenemos que ir viviendo esta nueva etapa de esta sociedad plástica y estética, en la que entrenar a jugadores plásticos y estéticos no es lo mismo que a otros con otras particularidades. La estrategia de comunicación con ellos es diferente. Si no me pongo a tono, las nuevas generaciones de entrenadores nos aplastaran. Hay que llegar al futbolista para que no esté sujeto al miedo a la derrota. Hoy lo primero que se hace es tomar el celular, y esa dependencia de lo que opinan los demás de uno genera picos de rendimiento. Hay muchos más jugadores deprimidos que jugadores que tienen ilusión por jugar la pelota”.