De relacionado a verdugo: la pesadilla del Sevilla tiene nombre y apellidos

Volvieron los fantasmas a Nervión. El Sevilla FC de Jorge Sampaoli volvió a perder este domingo ante Osasuna (2-3), vuelve a la pelea del descenso y uno de los culpables tiene nombre y apellidos, conocido ya de sobra para los sevillistas desde Copa del Rey; Ez Abde.

El joven marroquí volvió a dar el estacazo final que dejaba a los de Sampaoli de nuevo derrotados ante los rojillos. No pudo consolidarse la revancha de los blanquirrojos que tenían la espinita clavada desde cuartos de final de Copa del Rey con Osasuna.

El delantero rojillo ha pasado de ser relacionado con el Sevilla a ser la pesadilla de los de Sampaoli. En la operación de venta de Koundé al Barcelona, uno de los nombres que aparecieron en la escena fue el del marroquí Abde, para que jugase en el Sánchez Pizjuán durante esta temporada. Pero la cosa se quedó ahí y el jugador acabó marchándose a Osasuna, donde se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para el que pudo ser su equipo.

Nueva decepción en el Sánchez-Pizjuán para los sevillistas

El Sevilla cayó por 2-3 ante Osasuna en casa, rompiendo una muy buena racha de victorias en casa (desde noviembre ante la Real Sociedad, sin perder). El gol de Abde, de nuevo en los últimos compases del partido (85’), dejó a los sevillistas a tan solo dos puntos de los puestos de descenso.

En todo caso, el Sevilla fue a contracorriente durante todo el encuentro. Los golazos Gudelj y En-Nesiry no bastaron. En esta ocasión, los errores pesaron mucho más en la balanza: David García adelantó a los visitantes, Fernando - si aún había espacio para otro error- anotó en propia tras un clamoroso error de Bono y Abde, como sucedió en Copa, aprovechó la pasividad defensiva sevillista para poner el tercero cuando mejor estaban los de Nervión. Los de blanquirrojos empataron en dos ocasiones, pero no consiguieron evitar el batacazo. Los sevillistas no encuentran la forma de levantar cabeza esta temporada.

Parece que la Europa League se está convirtiendo en el camino más corto hacía la alegría que los sevillistas podrían tener en esta temporada. Una alegría algo turbia porque a pesar de esto, los blanquirrojos tienen que seguir luchando en LaLiga Santander con la pesadilla del descenso.

El Sevilla se queda sin tiempo y con los silbidos de su propia afición en casa.