"Creo que es la primera vez que lo cuento", dice Lucas Ocampos en mitad de su relato. El futbolista del Sevilla FC atendió a ElDesmarque en las horas previas al encuentro de este jueves ante el Manchester United y, como no podía ser de otra forma, contó, con total sinceridad, todo lo que vivió en este principio de curso: desde la última charla con Lopetegui hasta la motivación con Mendilibar, pasando por Ámsterdam y Sampaoli.
No pierde la mirada, su gesto se seca y sus brazos se abren para hablar. Escucha la palabra 'Holanda' y sabe que toca explicar lo que vivió pero deja claro que "si tuviese que dar una explicación, a día de hoy no la tengo. Estoy seguro que futbolísticamente no fue".
"Tendría que sentarme con alguien que estuviese en Ámsterdam y me expliquen la situación. La realidad es que nunca me dieron una explicación. No me dieron la posibilidad en ningún momento. ¿Se vio, no? Solo jugué un partido de titular, si vos me decís, jugaste cinco-diez partidos y no lo hiciste bien, aceptas que no das la talla, pero solo jugué, si no recuerdo mal, un partido de titular, 70 minutos. Nada más. Me lo tomo como una experiencia que me hizo crecer".
Su salida, eso sí, reconoce que fue una sorpresa porque "una semana antes del cierre del mercado, no tenía pensado salir". "Mi agente me transmite la opción del Ajax, habló con el técnico del Ajax, me transmite tranquilidad, que me iba a poner en una posición que me gustaba y muchas cosas buenas. Hacen una oferta al club, el club no dice ni sí ni no, esperaba mi respuesta. El día antes de viajar o el mismo día, viene mi representante, vine a entrenar y Monchi ya me dijo que no entrenase, que me lo tome con tranquilidad y decida".
Esa tranquilidad que necesitaba Ocampos para tomar una decisión, se la dio el técnico "que más me ha dado, más confianza, más diálogo y el que más me hizo crecer", es decir, Julen Lopetegui.
"En lo lo humano me transmitía que era una persona seria, leal, con la que podía hablar, los dos nos decíamos las cosas a la cara. Hablé con él, la charla fue corta, porque los dos sentíamos que habíamos pasado mucho tiempo juntos. Nuestra relación era, no digo perfecta, pero era excelente. Fue dura nuestra despedida, fíjate lo que te digo, fue una despedida emotiva", cuenta antes de recordar que "no quería irme, acá me siento en casa, mis hijas, mi mujer... mi despedida fue emotiva, creo que es la primera vez que lo cuento".
"En el Ajax me prometieron el cielo y la tierra, pocas cosas podían salir mal y todas salieron mal"
Para Ocampos, irse al Ajax no era "solo por dinero", sino que hubo una serie de promesas que nunca se llegaron a cumplir. "Hay un técnico que me llama, me da la confianza, me hacen un gran contrato, al club también le encajaba, creo que había cumplido un ciclo (...) era otro paso en mi carrera, me iba a un gran club, no me iba a un club que me dijeses que era por dinero. Es un histórico, iba a jugar Champions. Pocas cosas podían salir mal y todas salieron mal. Iba con el objetivo del Mundial, me prometieron el cielo y la tierra, y no acabó pasando".
La actualidad limpia la mirada de Ocampos, le hace estar más cómodo, le "motiva" la llegada de Mendilibar y al ser cuestionado por el miedo a perder los minutos que tenía con Sampaoli, deja claro que ese miedo no lo sintió con el ex del Eibar, sino en enero al volver.
"Con Sampaoli nunca me sentí indiscutible, me sentí un jugador que venía con un técnico que no conocía. Me fui de aquí bien, con un status, con un nombre, me fui bien con todo el mundo. Llegué por la puerta de atrás, tengo que ser sincero. La gente me conocía, mis compañeros me querían, yo les quería a ellos, pero llegaba a un equipo que había hecho una mini-pretemporada, que se había preparado con un entrenador durante meses. Mi gran miedo era no estar preparado cuando volví", añade.
El mismo futbolista cuenta que estuvo un mes entrenando en solitario, "lo puede decir Monchi", aclara, porque "sentía miedo, no sabía donde iba a jugar y de hecho he jugado en varias posiciones, no quería perder lo que me gané en cuatro años en este club". "Lo que soy en este club es a base de trabajo, nunca dejé nada a medias, me esforcé y siento la camiseta. Amo este club y el hincha siempre se sintió identificado conmigo. Ese fue mi miedo".
"El miedo lo sentí cuando volví; llegué por la puerta de atrás, un técnico que no conocía... mi miedo era no estar preparado, no quería perder lo que me gané en cuatro años"
El futuro, con Mendilibar, lo mira con optimismo, reconoce que le gusta "como entrena y como explica las cosas" su nuevo entrenador y deja un detalle de importancia al comparar esta nueva etapa con la de Sampaoli. "Creo que me voy sintiendo cada vez mejor. La posición favorece mucho, me siento cómodo en esta posición, creo que el míster se dio cuenta y lo primero que me dijo era que iba a jugar por derecha y ya uno viene a entrenar con otra idea, los partidos lo afrontas diferente, más motivado".