Como si llevase muchos más minutos a sus espaldas. Manu Bueno, jugador perteneciente a la plantilla del Sevilla Atlético, debutó este sábado con el primer equipo ante el Real Madrid en un encuentro en el que demostró desparpajo (mucho), valentía (más aún) y unas ganas tremendas de seguir creciendo en Nervión.
Fue la gran sorpresa de Mendilibar. Sin Gueye ni Fernando, el técnico necesitaba introducir novedades en su centro del campo y ante la reciente recuperación de Jordán, el ex del Eibar decidió apostar por Manu Bueno.
La apuesta, ante un Real Madrid con cinco centrocampistas de tanto nivel, parecía mucho más que arriesgada, pero el chaval de Jerez de la Frontera, lejos de asustarse, salió a demostrar todo el fútbol que tiene en su botas.
El de los 18 años (cumplirá 19 en julio) completó un excelente encuentro en el que, ni mucho menos, se arrugó, se atrevió a sacar el balón desde atrás, a combinar bajo presión blanca e incluso a intentar algún balón al espacio con peligro.
Mas allá de un pequeño error en el inicio de la segunda parte, Manu Bueno no pareció, en ningún momento, ser un jugador del segundo equipo y eso Mendilibar bien lo agradeció.
Tras los 90' disputados sobre el césped, la sonrisa de Manu Bueno llegaba de oreja a oreja. Sabía que no era una tarde normal, que, en condiciones normales, es posible que no hubiese contado con minutos, pero el de Jerez de la Frontera no quiso perder su oportunidad y demostró que si Mendilibar necesita oxígeno, en la Carretera de Utrera lo hay.