Si hay un sevillista de finales en su máxima expresión, ese es Manolo de los Reyes. Un sevillista de todas las finales, más bien, ya que es uno de los pocos -si es que hay alguno más- aficionados del Sevilla FC que ha estado con su equipo en todas y cada una de las finales que ha jugado en este Siglo XXI, que no han sido pocas. La próxima, este miércoles, en Budapest, ante la Roma. Con su presencia, cómo no.
Este sevillista de San José de La Rinconada ha recibido a ElDesmarque en su casa, en pleno centro de la localidad, cuatro paredes que ‘esconden’ -entre comillas porque desde la misma calle se puede intuir- un museo lleno de sevillismo. Todo el sevillismo que puede acumular el socio 641, a tres años de cumplir las bodas de oro. Manolo es, además, una personalidad del fútbol en su tierra, pues fue presidente de la AD San José y forma también parte de la directiva de la peña sevillista, situada a escasos metros de su casa.
“Somos muy pocos”, advierte cuando se le cuestiona sobre si otros sevillistas han ido a todas como él. En Tánger, en la de la Supercopa de España de 2018, se encontró con otro que también había viajado a todas, pero no ha tenido más pistas de él. La última a la que fue se celebró precisamente en Budapest, en el Puskas Arena -lleva puesta la camiseta de esta leyenda del fútbol mundial-, y fue la de la Supercopa de Europa 2020, en plena pandemia de Covid. Le corría el gusanillo por no haber podido estar en Colonia celebrando la séptima UEFA Europa League del Sevilla, jugada a puerta cerrada. “La primera fue a Eindhoven con toda la ilusión, y nos entró el gusanillo. Cuando te quieres dar cuenta ya estamos en más de 20. Y esperemos que sean más”, confiesa.
Manolo tenía esa ilusión antes de los tiempos de bonanza del Sevilla, e incluso viajó a ver a otros equipos para saber cómo era eso. “No había salido nunca, con el Sevilla no íbamos a ningún lado. Un año fui a ver al Real Madrid, aunque soy antimadridista, con unos amigos, al Teatro de los Sueños”, un escenario que ya han pisado las huestes de Nervión en dos ocasiones y con resultados para el recuerdo. Después ha ido a Trondheim, Glasgow, Cardiff, Tánger, Varsovia, Mónaco... pero con su Sevilla.
Estará, cómo no, de nuevo en Budapest, aunque le ha costado. “Las cosas están fatal y te entra la ansiedad de que no encuentras nada”. Viaja por carretera hacia Málaga, desde allí vuela a Praga y han fletado un autobús para 14 personas para llegar a la capital de Hungría. Hace el viaje con un grupo de jóvenes que rondan los 30 años, los mismos con los que empezó en 2016, cuando muchos de ellos no llegaban a la veintena. “Soy como el abuelo de ellos”, reconoce.
Manolo de los Reyes viaja a Málaga, de ahí vuela a Praga y toma un autobús con 14 personas, un grupo de jóvenes con los que viaja desde 2006 y ahora rondan los 30 años. “Soy como el abuelo de ellos”.
El viaje más difícil fue el de la Supercopa de Europa de 2015. “Hasta Tiblisi nada menos, en el otro punto del mundo, con cuatro escalas. Una semana. Ya que iba uno tan lejos… Esa ha sido la más lejana. La que más ilusión la de Eindhoven, la más triste la Supercopa del Milan -celebrada poco después de la muerte de Antonio Puerta-. La mejor, para mí, como fútbol, la de Basilea, con el Liverpool”.
Entre sus tesoros más preciados, Manolo enseña orgulloso todas las entradas de las finales, expuestas en un marco. También los letreros del autobús que le trasladó hacia la gloria de Eindhoven, todos los trofeos ganados en miniatura, el sombrero de Del Nido de la final de la Copa del Rey de 2010, la portada de la Feria de 2005 en miniatura, la foto del día en que le entregaron la medalla del centenario o todos sus carnets del Sevilla, con especial relevancia al primero, que sacó con 15 años, una de las joyas de la corona.
En este museo no podían faltar todas las camisetas de las finales, y guarda con especial cariño un balón de la Europa League que le fue firmado por Jesús Navas en un desplazamiento a Moscú. “Un tesoro”.
Nada más entrar en su museo, un gran mapa del mundo indica que es un lugar especial y un aficionado único. Tiene marcados con banderitas todos los escenarios de sus conquistas sevillistas, y ahora le toca cambiar la que ya pinchó en su día en Budapest por una que represente el séptimo título de la UEFA Europa League de su Sevilla FC. “Vamos sevillistas, esta Copa es nuestra”.
Puedes conocer la especial historia sevillista de Manolo de los Reyes en el reportaje en vídeo que encabeza esta noticia.
Hay muchos, yo conozco varias personas.. anda que...