El mes de mayo, en Sevilla, en Andalucía, siempre es especial: semana santa, feria, El Rocío… y las finales del club entrenado por José Luis Mendilibar. Este miércoles, en la ‘última unidad’ de sevillistas que viajan hasta Budapest (hasta desde Rusia han viajado), las cámaras de ElDesmarque han encontrado una curiosa historia.
Entre la multitud, el sueño y la ilusión, cuatro aficionados destacaban por encima del resto. Sentados en un banco y, uno de ellos, con sombrero rociero, esperaban la salida de su avión con una bandera del Sevilla.
Tal y como cuentan ellos mismos, llegan desde El Rocío y, como sucedió en las anteriores finales, no se lo querían perder: “Hemos ido a todas, menos a la del Inter, que no había público, como todos sabemos”, nos cuenta uno de ellos.
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