El llanto desconsolado de Sergio Ramos cuando el Sánchez-Pizjuán coreó su nombre

Sergio Ramos disfrutó de una noche histórica. El nuevo fichaje batió cualquier récord establecido hasta la fecha, congregando más de 22.000 aficionados, según las cifras oficiales, en el Sánchez-Pizjuán. Una presentación que superó en gran medida a las otras veces que se abrieron las puertas de Nervión para un jugador, superando en 10.000 a los asistentes que vieron a Isco Alarcón, Jesús Navas, José Antonio Reyes o Fernando Llorente, entre otros. Una noche tan emocionante como única, en la que el ex del PSG o Real Madrid no pudo contener las lágrimas.

En la rueda de prensa, el futbolista ya dejó entrever lo sensible que estaba este día, derramando sus primeras lágrimas al acordarse de los que ya no están y de gente muy especial. “Terminando, quería acordarme de tres personas que han marcado la diferencia en mi vida. Uno es Antonio Puerta, con el que tenía una deuda. A mi abuelo, por hacerme sevillista de cuna. A mi padre, a mi viejo, por haberme convertido en la persona en la que me he convertido. Gracias a él, a la personalidad que siempre me inculcaste desde pequeño. Lo he intentado hacer de la mejor manera, hoy estoy también por ti. Nos merecemos irnos de aquí por la puerta grande, ya solo falta aportar mi rendimiento, eso depende de mí y tengo tablas suficientes. Eres mi fuente de motivación cada día para jugar al fútbol".

Sergio Ramos lloró cuando Nervión coreó su nombre

Luego, Sergio Ramos deleitó a las más de 22.000 almas que le esperaban desde primera hora de la tarde. El futbolista saltó al césped de la mano de sus hijos, su hermano y agente, René Ramos, y su esposa, Pilar Rubio, además de estar positivamente rodeado de leyendas del club como Joaquín Caparrós, el que le dio la alternativa, Pablo Blanco o los capitanes Ivan Rakitic y Jesús Navas. En los segundos previos a su entrada, el internacional disfrutó por primera vez del respetable cantando el Himno del Arrebato.

Y luego, el estadio explotó de júbilo con la salida de Sergio Ramos al césped del Sánchez-Pizjuán. El sevillismo le reprendió con cariño, algo que "no esperaba" como confesó el propio jugador, quien se deshizo entre lágrimas al escuchar cómo la afición coreaba su nombre. Uno de los momentos más emocionantes de la noche para él.