Los números de Diego Alonso, se miren por donde se miren, en el Sevilla son un auténtico horror. El técnico charrúa continúa sin vencer en LALIGA ni en la Champions League y su equipo, sumergido ahora en la polémica con el VAR, sigue hundiéndose poco a poco. Sin embargo, el charrúa insiste en creer en la idea, en seguir empujando... agarrado a una base que parece reactivarse en Nervión.
El día que llegó Diego Alonso a Sevilla prometió no hacer una revolución, sino una readaptación, aprovechando las "cosas buenas" que, a su parecer, tenía el equipo de José Luis Mendilibar.
Una de ellas, destacada en repetidas ocasiones, fue la presión alta que hacía el Sevilla, algo que, sobre el papel, se reduciría considerablemente con la llegada de Diego Alonso.
Si un dato era característico del equipo de Mendilibar era su altísima presión. De media, el Sevilla entrenado por el ex del Eibar concedía 9.4 pases del rival antes de recuperar, una cifra que aún se aleja de lo firmado por Diego Alonso en el total (13 pases antes de recuperar).
Sin embargo, la dinámica nervionense se acerca, poco a poco, a los números de Mendilibar. Si ante el Betis el Sevilla firmó una de sus mejores firmas de presión (6.4), ante la Real, el PSV y el Villarreal volvió a retrasar la línea (12-13-16.4), algo que se reactivó nuevamente ante el Mallorca.
El Sevilla, de media, concedió 10.5 pases de los locales antes de recuperar la pelota, situación que le llevó a ser el gran dominador en términos generales y, mayormente, del 46' al 70', momento en el que parecía que los de Nervión serían capaces de empatar.