Vender optimismo en el Sevilla parece prácticamente imposible. El conjunto de Diego Alonso continúa sin ganar en LALIGA, el sábado volvió a perder ante el Mallorca, en Champions League tampoco ha mejorado y este martes se la juega ante un Lens que, desde que visitó el Sánchez-Pizjuán, no ha dejado de crecer.
Fue el 20 de septiembre de este mismo año. Parece que ha pasado un siglo, pero apenas han sido unos meses. Llegaba al Sánchez-Pizjuán el Lens como 16º clasificado de la Ligue 1, tras empatar un partido y perder otros cuatro en su inicio de competición.
La historia de aquella tarde-noche en Nervión se recordará bien: el equipo sevillista, entrenado por entonces por Mendilibar, se adelantó, pero un error de Dmitrovic permitió un empate... que bien podría haber sido una derrota.
Sea como sea, esa segunda mitad del Lens permitió a los galos no solo empatar en el Sánchez-Pizjuán, sino reencontrarse con su mejor versión. Desde aquella cita, los franceses solo han perdido dos partidos: la visita al Arsenal (6-0) y la visita al PSV (1-0).
En la Ligue 1, han sumado seis victorias y cuatro empates, el último este pasado viernes ante el Montpellier, y actualmente son el quinto clasificado en la máxima división francesa.
Esta mejoría, evidente, choca de manera directa con la caída del Sevilla. Desde aquella tarde de septiembre, lo único que ha cambiado en Nervión es el entrenador, y es que desde entonces el equipo solo ha ganado un partido (vs Almería, 5-1).
Sea por el VAR, por una expulsión, por un golazo imposible de parar, por un mal inicio o un mal final, sea por lo que sea, el Lens ha reaccionado y el Sevilla sigue siendo el mismo desastre.