Un año después, (casi) nada ha cambiado: 365 días después de Mendilibar

Cambiarlo todo, para seguir igual. El Sevilla anunció hace justo un año, el 21 de marzo de 2023, la llegada de José Luis Mendilibar, un técnico que llegaba sin demasiado currículum y con el único objetivo de salvar al equipo de LALIGA EA Sports. Llegó, acertó, ganó un título y volvió a abrir un ciclo que parece que nunca tendrá fin. Un año después, casi nada ha cambiado.

Apenas se había perdido en Getafe y el Sevilla ya había activado la máquina en busca de un nuevo entrenador. Fue un 21 de marzo de 2023 cuando el conjunto blanquirrojo, tras fracasar con Jorge Sampaoli, acudía por segunda vez al mercado de entrenadores en busca de un líder para su equipo. Entonces, Monchi, Del Nido Carrasco y Pepe Castro, tras una pequeña reunión con Fernando Navarro, elegirían a Mendilibar.

Un técnico de 'perfil bajo' para una situación demasiado grande

La decisión de contratar a José Luis Mendilibar no gustó a todos. El técnico llegaba al Sánchez-Pizjuán sin experiencia en Europa y con el solo hecho de haber dirigido un porrón de encuentros en la élite con equipos como el Éibar, donde rozó su mejor nivel, Valladolid o incluso Osasuna.

Otros tantos entendieron que en Nervión el traje de luces tenía que guardarse, que tocaba pelear en el barro y que Mendilibar entendía a la perfección ese idioma.

El técnico captó rápido el mensaje y sus jugadores, que siempre presumieron de la sencillez del técnico, se adaptaron rápido: algo rápido, fácil de ejecutar, sin florituras. Lo que se vio en Cádiz.

Mendilibar se agarró al 'Nunca se rinde'

Tras un empate sin demasiado brillo en Vigo -que recordó que la magia en el fútbol no existe- llegó la noche en Old Trafford. El novato Mendilibar se la jugó, cambió su idea, colocó a Lamela como '9' y firmó una primera mitad horrible (2-0).

Sin embargo, como muchos recuerdan, aquel Sevilla volvió a agarrarse a su lema, al Nunca se rinde y empató un encuentro, más con corazón que con sentido táctico, más con coraje que con ideas desde el banquillo, para darle una lección a Mendilibar: en este equipo todos los sueños se pueden cumplir.

Desde aquella noche, el Sevilla de Mendilibar cambió. Empezó a pensar que podía ser todo lo superior que quiese y demostró porqué, aunque aún cuesta comprenderlo, es el Rey de la Europa League.

En LALIGA fue acumulando buenos resultados y en Europa fue eliminando a todo el que se puso por delante. Humilló al United en el Sánchez-Pizjuán (3-0), puso en su sitio a la Juve en Italia -a pesar del empate- y le dijo 'NO' en Sevilla con una prórroga notable. Y cuando lo del campeonato nacional dejó de importar, Mendilibar firmó su nombre en la historia del Sevilla.

Los 'Mendilovers' lloraron en Budapest y se despidieron en Sevilla

Lo que se vivió ante la Roma fue historia. Desde el punto de penalti, con Montiel protagonista, se ganó otra Europa League y Mendilibar, ese hombre que parecía ser una apuesta arriesgada, levantaría un título europeo ante Don José Mourinho. Parece fácil.

Hubo fiestas, manteos, mensajes e incluso una renovación que, posiblemente, estropeó la historia. El Sevilla apostó a medias por él y él, que lo sabía, se la jugó.

Acabó siendo destituido, marchándose por la puerta de atrás, incluso con rencor, con mensajes encubiertos que denotan que lo que pudo ser una preciosa historia de amor, acabó siendo una agrio capítulo para ambos.

Un año después, en Sevilla la historia no ha cambiado demasiado. Mendilibar llegó, firmó, hizo historia y se marchó. Aquí, tras su paso, se sigue peleando por no descender, por encontrar un rumbo y una estabilidad que, posiblemente, no habría dado espacio para esta pequeña historia idílica en Nervión.