Era un día como este. Un Jueves de Feria cualquiera que se convirtió en el más especial de la historia del Sevilla FC. El Ramón Sánchez-Pizjuán acogía por primera vez unas semifinales europeas. Justo en plena semana grande de la ciudad. El Schalke 04 visitaba el feudo sevillista tras el empate a cero de la ida. No se había movido ni un varal cuando un zurdazo de Antonio Puerta hizo que su equipo, el de toda la vida, tocara el cielo. Este jueves hace 18 años de aquello, pero el recuerdo aún perdura.
Corría el minuto 100 de la prórroga. La eliminatoria seguía incorrupta. Ninguno de los dos equipos había logrado hacer gol en más de 180 minutos. Pero en un momento todo cambió. Jesús Navas corrió la banda derecha para buscar a algún compañero en posición de remate. El balón recorrió todo el área sin que nadie lo tocara. Entonces apareció Antonio Puerta. El canterano sevillista enganchó una volea perfecta con la pierna izquierda que se coló en la portería del Gol Norte nervionense.
Aquel gol permitió al Sevilla acceder a su primera final europea. Una final que, a la postre, significaría su primera UEFA tras golear al Middlesbrough en Eindhoven.
El gol de Antonio Puerta abrió las puertas de un sendero glorioso para el Sevilla. Aquella noche de Jueves de Feria cambió la historia del club. Tras aquella, han llegado otras noches de gloria y delirio para la afición hispalense; sin embargo, el recuerdo de esa es especial. La primera nunca se olvida.
Este jueves, 18 años después, el recuerdo de Antonio Puerta sigue presente. El estético zurdazo es, seguramente, uno de los goles más importantes de la historia de la entidad. Por todo lo que significó en ese momento, todo lo que significó después y todo lo que sigue significando.
27 de Abril de 2006, minuto 101, gol de Antonio Puerta. Ganó el Sevilla por 1-0